Orellana en el río de las amazonas (Cascaborra, 2023)

Si te interesa el cómic, quieres adquirirlo, pincha en la imagen superior...

“Orellana en el río Amazonas”, editado y publicado por la Editorial Cascaborra este pasado 2023, es el sexagésimo tercero número de la colección “Historia de España en viñetas”, que Cascaborra dedica a través del cómic a episodios y personajes de la Historia de España, y a los que hemos ya dedicado una docena de vídeos y más de cincuenta entradas en el blog…

Y que viene de la mano, en esta ocasión, de Álber Vázquez en el guión, que es un viejo conocido tanto en el blog, como por el canal… No te tomes a mal lo de “viejo” Álber, y que tiene una dilatada trayectoria en cuanto al cómic histórico se refiere, con títulos como: “Elcano. El mundo en las velas”, publicado originalmente por Harriet en 2020, y hace muy pocos meses reeditado por la propia Cascaborra, dentro de esta colección a la que os hago mención, además de “Cartagena de Indias. Los 300 de Blas de Lezo”, “Juan de Oñate”, “Tucson. Dragones del desierto" y “Legazpi y Urdaneta. En busca del tornaviaje”, todos comentados en el blog, y este último, con vídeo en el Canal.

Y en el dibujo tenemos a Sergio García García… Del que no os puedo decir nada, sinceramente, porque este es el primer cómic suyo, el primer trabajo del que disfruto, y que tiene un dibujo muy bueno, currado, trabajado, y que demuestra tablas en el contenido extra final del tomo.

En la narrativa de “Orellana”: Álber y Sergio nos traen a la palestra una parte de la vida del extremeño, del trujillano Francisco de Orellana, quizás la más interesante, que es la referida a su exploración involuntaria del río Amazonas.

Nada más y nada menos que 4000 km arrastrados por aguas turbulentas, acosados por indios belicosos y los mil peligros más que el río representa, que hace que el grupo de Orellana sufra cada vez más bajas, y pronto se vea muy reducido.

Fundador de Guayaquil, emparentado con los Pizarro, junto a los que lucha contra los Incas en Perú, y que les costará un ojo, pronto se verá envuelto en una nueva aventura: La búsqueda del País de la Canela.

Una simple leyenda, un rumor, que los españoles dan por cierto, y cuya posible ubicación estaría en el este de Perú, hacia dónde se dirigen unos pocos españoles y porteadores indios.

Los ataques, el agotamiento y la huida de los porteadores, diezman la expedición, que pronto se encuentra a orillas del Amazonas. La construcción de un primer bergantín, aunque posteriormente son dos, el san Pedro, les llevará río abajo, lejos del resto del mundo conocido hasta entonces por ellos, lejos de Perú y de los Pizarro…

Adentrándose en un mundo totalmente desconocido, y sin posibilidad de remontar aquel río tan caudaloso, cuyos afluentes eran incluso, mayores que cualquiera de los ríos peninsulares que ellos hubieran conocido…

Un auténtico mar de agua dulce, en un viaje que el propio Álber Vázquez califica en el prólogo de alucinante, y con cuyo adjetivo, coincido plenamente, hasta llegar al hito de la travesía que daría nombre al río: El belicoso encuentro entre españoles e indios, comandados, dirigidos, por un grupo de feroces guerreras mitológicas… Las terribles, las temibles amazonas, que obligarán a los españoles a enfrentarse a su mayor desafío para sobrevivir.

Victoriosos, y tras casi un año desde el comienzo de la expedición, lograrán llegar hasta la desembocadura de tan gigantesco río, y Orellana, y sus pocos acompañantes, pasarán a ser leyendas vivas…

Sus aventuras llegarán a la Corte portuguesa, donde despertarán un gran interés, y el propio Príncipe Felipe II le nombrará Gobernador y Adelantado de todas aquellas fabulosas tierras descubiertas, adonde Orellana regresará en una nueva aventura… Pero esa es otra historia.

“Orellana en el río de las amazonas” es un cómic muy entretenido, con el sabor clásico de los cómics de aventuras, donde el lenguaje de los personajes, entre “hostias y tío”, y jerga similar, es más bien cercano, coloquial, y donde las amazonas… Blancas, rubias, esbeltas, fibrosas y expertas arqueras, le añaden ese componente casi mágico, irreal, mitológico, que lo hace un increíble cómic de aventuras, a la vez que ameno y didáctico.

Quizás las amazonas no fueran así, pero si yo hubiera sido Orellana, amigos, lo hubiera narrado tal cual… Ahí lo dejo.