“La Colina de las Amapolas”
(Japón, 2011) es una película de animación japonesa, de los míticos Studio Ghibli,
que no había visto antes, a pesar de conocerla, porque las referencias que me
habían dado no eran muy halagüeñas…
Me equivoqué, una vez más, al
hacerle caso a dichas referencias… Ya que he podido ver la película con trece
años de retraso, y me ha encantado.
Ciertamente, no es una
película para tirar cohetes viniendo de donde viene. Los Studio Ghibli tienen
las mejores, o de las mejores películas de animación que se han hecho de la
Historia del Cine, aunque también tienen muchas cagadas. Esta es una película
menor, pero no carente de interés, ya que plantea dos tramas principales muy interesantes
encima de un escenario, el Japón de los sesenta (concretamente 1963) del que se
puede hablar mucho y que no deja de ser un periodo a destacar, ya que vemos
como el país, trece años después de las bombas atómicas, despega económica y
socialmente, sin pudor, y con mucha fuerza, con un futuro prometedor para las
nuevas generaciones de ciudadanos japoneses que comienzan a romper con su
pasado y defienden otros ideales entre ,los que están la democracia, la
libertad de expresión, la filosofía… O el amor y la amistad.
Las dos tramas principales
giran en torno a un posible amor entre dos chicos, compañeros de instituto. Umi
es una chica que vive en una colina donde hay una pensión, es trabajadora y
servicial. Su madre es profesora universitaria, y ella iza todas las mañanas
unas banderas marítimas esperando que su padre, muerto en la Guerra de Corea,
regrese algún día… Shun, por su parte, es un chico activo y político, está en
el club de periodismo del instituto. Ambos se gustan, pero cabe la posibilidad
de que, en realidad, sean hermanastros.
Por otra parte, el lugar de
reunión de las distintas asociaciones de estudiantes, es el llamado “Barrio
Latino”, una enorme casa colonial venida a menos, donde los estudiantes
resisten la demolición de la misma, y que tratan de salvar como lugar de
trabajo, estudio, reflexión y reunión… Creando, de paso, un nuevo pensamiento y
una nueva cultura en contraposición al Japón de no hace mucho…
En definitiva: Una buena
película, con ciertos elementos que hay que pillar al vuelo, no de primera
fila, no a lo que nos tiene acostumbrados la productora japonesa, pero muy
digna y a tener en cuenta. Recomendable.
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