Cuarto tomo que me leo de “Saint Seiya” (Planeta Cómic, 2019) de Masami Kurumada (guion y dibujo), y es el cómic donde más diferencias he llegado a ver, hasta el momento, con el anime.
Eso
no quiere decir que no me haya gustado, pero sí que me ha llamado poderosamente
la atención como es de distinta de la historia que yo recordaba de la serie de
dibujos de los ochenta.
Por
ejemplo: Ikki, después de eliminar a su Maestro (el cual le confiesa que los
cien niños enviados a ser caballeros, son en realidad, hermanos… Debe
enfrentarse a un fantoche que tiene en su poder la armadura del Fénix, tras
pasar por encima de los cuatro caballeros negros, que viven en su isla a
cientos sin pagar alquiler y vagueando todo el tiempo por la zona.
Posteriormente,
tiene un encuentro con Shaka de Virgo que iba allí precisamente a eliminar a
los caballeros negros derrotados, y sale mal parado, aunque su memoria es
eliminada.
Mientras
tanto, Seiya se encuentra con cinco Caballeros de Plata, incluyendo a su
Maestra (Marin de Águila) que simula su muerte (la de Seiya) con un falso
ataque, aunque Misty de Lagarto no se traga el truco. A todo esto, tienen la
desfachatez de amenazar a Mu de Aries que anda de espectador. Seiya, a base de
recibir hostias como panes, eleva su Cosmos superando con creces a Misty, que
cae eliminado por Seiya ante el asombro de Mu que come pipas y divaga sobre
fútbol…
De
momento, muy enganchado, habrá que ir a por el quinto tomo.
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