Esta entrada contiene spoilers y revelaciones sobre la película “El Proyecto
Adam”, que, por cierto, es un rollo infumable.
“El
Proyecto Adam” (Netflix, 2022) es una película, que lejos de ser reveladora,
nos lleva a ver viejas fórmulas explotadas hasta la saciedad, que buscan el entretenimiento
fácil, muchas gracias a través del chiste o escena tonta, con alto grados de “potrez”
en las escenas de acción, lejos de la credibilidad y con metraje de sobra como
para envolver a una momia y a sus cuatro gatos, por Bastet.
Aun
así, podríamos calificarla como entretenida, pero sin tirar “cobetes” en la Plaza del Pueblo, ya que
sus giros continuos, tipo video-juego en algunos casos, te harán recordar a
aventuras del estilo, con secundarios prescindibles, niños repelentes para
olvidar y malvados toscos, poco definidos y patéticos.
En
la narrativa, tenemos a Deadpool, que viene del futuro (2050) huyendo en una
nave espacial, que es máquina del tiempo, a la par que cafetera, para buscar a
una persona que debe salvar para que cambie su realidad. En vez de acabar en el
tiempo que a él le gustaría, acaba en su antigua casa, donde su madre es Elektra
(todo queda en Marvel), y su Yo del pasado es un nene más pesado que una vaca,
odiado hasta por el acomodador del cine, que no se calla ni debajo del agua.
El
caso es que Deadpool se encuentra con su mujer del futuro (Gamora ni más ni
menos), que también estaba de visita, y decide buscar a su padre, que no es
otro que Hulk, para poder lograr su objetivo de cambiar las cosas, ya que Hulk
está realizando “El Proyecto Adam” en 2018 con ecuaciones de segundo grado y
divisiones por tres, mezclados con agujeros de gusano y mucha filosofía
metaversiana. Menudo lío, ¿Verdad?
Hulk,
Deadpool de 2022 y Deadpool de 2050, tienen sus desavenencias a la hora de
afrontar las cosas y de cómo cambiar el futuro, al igual que la malvada
principal, una tal Maya, que está más amargada que un bitcoin en unos
ultramarinos, y que quiere que prevalezca su línea temporal, que para eso se
gastó las perras en lograrlo modificando el pasado, tipo almanaque de “Regreso
al Futuro”.
Vamos
directamente al final, que a estas alturas, uno ya está intentando no cortarse
las venas: Tras una serie de poses, tiros, porrazos y una “reunión” con la mala
malvada, la cosa acaba de la manera más clásica, con cero bajas por parte de
los “güenoh” y Deadpool regresando a su tiempo. Más o menos. Ale. Tiempo
perdido. Tostonazo.
P.D:
El problema de Deadpool es que está ya tan encasillado, que será Deadpool
aunque interprete a una ameba en el Jurásico. A Elektra le pasa algo parecido,
con el amargamiento y la queja encima, y a Hulk con su aire de no estar
enterándose de nada. Menos mal que Gamora sale solamente un rato.
Las referencias, algunas continuas, a Star Wars (Sable láser, carrera de vainas, persecución en bosque tipo Retorno del Jedi), y a otras películas del género, son más peso que ayuda. Deberían reflexionar sobre estas cosas.
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