Con
“El Umbral de los Siniestro” (ECC Ediciones, 2021) de Junji Ito (guion y
dibujo), en vez de comentaros desde el principio, lo voy a hacer desde el final
que nos dedica el autor en sus últimas páginas…
Comienza
su epílogo Junji Ito, con un tono un tanto triste, pues escribe en enero de
2021, y cree que el coronavirus tiene para rato. En su despacho, ha estado
confinado durante bastante tiempo preparando estas cuatro historias que
conforman el tomo, y asegura que son recogidas de apuntes de su cuaderno de
notas, y una vez más, en tono pesimista, asegura que ya no se le ocurren buenas
ideas y que hacer manga cada vez se le hace más cuesta arriba.
Bendito
Junji Ito. “El Umbral de lo Siniestro” está compuesto por cuatro historias de
terror en su más puro estilo: “La cuesta de las plañideras”, “La Madona”, “La
corriente espectral de Aokigahara” y “El duermevela”. Las cuatro tienen sus
puntos de interés, sin alcanzar quizás el estilo de otras obras anteriores
suyas, las ideas sacadas de su cuaderno cumplen las expectativas de los fans
del gran mangaka del terror, que creo que tendría un mal día cuando escribió el
epílogo.
“La
Cuesta de las Plañideras” conecta con una costumbre ancestral, las mujeres que
eran contratadas para llorar en funerales. Lo hacían en Grecia hace 2500 años,
y lo han hecho en Japón hasta hace poco más de 120-140 años. Con su punto de
terror, con sus fantasmas y sus destinos inamovibles, a pesar de ser una
historia recortada, es muy buena.
“La
Madona” recoge el mito bíblico de la mujer de Lot, las estatuas de sal, con una
pincelada de locura al estilo Ito.
“La
corriente espectral de Aokigahara”, es una interesante historia, donde en un
bosque donde la gente va a suicidarse, puede rejuvenecer, o transformarse en
otra cosa distinta, por lo menos en su físico, si logra dar con determinada
corriente, que es muy especial, en algunas noches… Mezcla mitología, y película
de “Cocoon” (a grandes rasgos).
“El
duermevela”, es quizás, la historia menos fantasmal, y más en relación con
asesinos en serie y psicópatas, alejándose un poco de la línea, y con un inquietante
final.
Resumiendo:
Cuatro buenas historias, con un nivel aceptable. Y Junji Ito, que siga
publicando, y que se deje de monsergas.
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