Tengo
muchas cosas pendientes para ver, y la Primera Temporada de “Loki” (Disney,
2021) era una de ellas. Compuesta por seis episodios, seguimos las aventuras
temporales, en el espacio-tiempo, del dios nórdico del engaño, enemigo de los
Vengadores y hermanísimo de Thor, el dios del Trueno.
Y
digo espacio-temporales porque la serie va de eso… Modificaciones temporales,
ocasionadas por Loki después de la Batalla de Nueva York, que darán múltiples realidades,
corregidas por una burocrática agencia del tiempo, la AVT, donde descubriremos
que nada sucede porque sí, sino que todo está controlado por alguien muy
especial, concretamente un villano clásico de Marvel, en su versión edulcorada
y que dará que hablar pronto, ya que aparece en la segunda película de “Ant-Man”,
haciendo supongo, las delicias del Hombre-Hormiga.
Centrándonos
en “Loki”, sus seis episodios destilan un aire a películas clásicas, con una
puesta en escena muy cuidada, un humor requetebueno, y muchos guiños
marvelianos, así como diversas teorías sobre los multiversos y otras
dimensiones paralelos, de los que también tendremos nuestra taza en la próxima
película de “Spiderman”.
Las decisiones de Loki, le llevan hasta esta agencia, donde se corrigen los errores temporales provocados por “variantes” que escogen caminos que no deberían. Debo reconocer que mi bajo intelecto ha puesto toda la maquinaria cerebral, que es poca en realidad, para entender algunas de las teorías expuestas, pero ha merecido la pena.
No la comencé muy convencido, pero poco a poco me ha ido ganando. La segunda temporada, al parecer, según Radio-Patio Lavadero, se estrenará a lo largo de 2022, así que toca esperar… Nunca mejor dicho cuando se trata de Tiempo.
No sé... Leo todas las críticas tiene pinta de paranoia espacio-temporal. No me motiva por eso, ni por el personaje.
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