“Ohana:
El tesoro de Hawái” (Netflix, 2021) es una película, de esas de para todos los
públicos, que he tenido la oportunidad de ver en Netflix.
La
película trata sobre dos hermanos (chico de 26 años que pretende hacerse pasar
por uno de 17… Y chica repipi que prefiere un campamento de verano a visitar la
paradisiaca isla de sus ancestros), de origen hawaiano, pero que viven con su
madre en Nueva York. Un buen día, vuelven al terruño. El chaval, que es
bastante patético en todos los aspectos, es el que peor lo lleva, y la película
ganaría enteros si este personaje fuese mudo, porque demasiado que nos intenten
convencer (algo muy habitual por otro lado en las películas estadounidenses)
que este tipo sea un adolescente, como para encima escucharle decir
gilipolleces durante casi dos horas.
La
chica, que es la protagonista, y tiene más achiperres encima que Madonna en los
Ochenta, enseguida se echa de amigo a un pelirrojo miope que tiene más enchufes
en la isla que un capo en Little Italy.
Con
un abuelo enrollado, que se traga medio metraje en el hospital, los chicos se
meten en una aventura tipo “Los Goonies” aunque sin llegarle a los talones, en
la que se proponen encontrar un viejo tesoro español (¿Acaso alguien duda hoy
en día que los españoles estuvieron en Hawái enterrando tesoros por doquier?)
escondido en algún lugar de por allí… La trama de fondo es un rollo familiar,
tipo Antena 3 a las cinco de la tarde, que te hará bostezar. Hay un diálogo
subtitulado en un hospital que encantará a los más sibaritas de la casa.
Puntos a favor: Las recreaciones de los piratas que salen, son graciosas, aunque la vimos algo parecido en la película del “Hombre-Hormiga” marveliano. Salen escenarios de la serie “Perdidos” y “Parque Jurásico”, y además, se muestran como tal.
Puntos
en contra: No tengo claro si en su versión original, los textos que leen del
tesoro están en español o en inglés, aparte del mencionado “adolescente” que
llega un momento en que no puedes ni ver. Las antorchas con más de trescientos
años que encienden y las lianas, también son para hacer una tesis doctoral.
En
definitiva: Película que gustará a los más pequeños de la casa, y a la que los
mayores le quitarían gustosos más de media hora de duración. Un café, y la habrás
olvidado.
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