¡La
Ira de Drácula! (Panini, 2021) es el octavo tomo de la colección “la Tumba de
Drácula” que viene con las firmas de Marv Wolfman (guión), Gene Colan (dibujo)
y Tom Palmer (entintado), y que nos sitúa en un cruce interesante en la
colección, ya que asistimos al nacimiento de un nuevo hijo de Drácula, Janus, y
a las consecuencias que traerá esta paternidad para el propio Drácula, su
esposa Domini, el bebé y la Secta de Satánicos que les acompaña como séquito.
Difícil encontrar un parto más movidito que el del pobre Janus, que viene al mundo con un recibimiento de aúpa...
Es
un tomo que tiene dos curiosidades en forma de relatos o historias cortas
vistas desde dos puntos de vista a los que no estamos habituados. Un relato
protagonizado por el personaje Harold H. Harold (que por cierto, a mí no me hace
gracia ninguna), que fantasea a través de su máquina de escribir, con un libro
donde él es el protagonista y en el que enfrenta a Satán y a su acólito
Drácula. Y otro, en el que es Blade el protagonista indiscutible y en el que
destaca la no presencia de Drácula, que suele ser tema omnipresente del cazador
de vampiros.
Idéntico a su padre. Color dorado de piel, ojos ensangrentados... Un bebé adorable sin duda alguna...
Las
demás historias me han parecido un tanto ingenuas, que voy a obviar para no
destrozaros la lectura, incluso para estar escritas en los setenta, pero es un
tomo a tener en cuenta porque es el inicio de algo en las aventuras y
desventuras del Señor de los Vampiros, que marcará un antes y un después en su
existencia…
Este personaje no me acaba de convencer nada, y creo que llega a sobrar en las historias... Pero de todo tiene que haber...
Esta viñeta la traigo a colación porque en ella hay varios errores. El 8 de mayo de 1945, la Alemania nazi se había rendido un día antes, y las posibilidades de ser tiroteado por un Bf 109F, que es lo que creo que es ese caza, y con ese uniforme, creo que no eran muchas... Vamos, que aquí han patinado, y bien.
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