Cómics de la Segunda Guerra
Mundial, hay miles. La diferencia de “Justin” (Astiberri, 2021) respecto a los
demás, puede ser que en este cómic no se narran increíbles proezas o grandes
batallas. Nos cuenta, simple y llanamente, la vida de Justin, un camarero, que,
en plena ocupación alemana de Francia, y engañado por el Gobierno títere y
colaboracionista de Vichy, se embarca, junto a otros miles de franceses, en la
STO, el Servicio del Trabajo Obligatorio, que daba mano de obra (casi gratuita)
al invasor alemán.
Justin da ese paso adelante tras un hecho muy concreto de su vida. Casi sin opciones, aquel hecho (que le cuesta un ojo literalmente) le atormenta incluso después de jubilado, y su mente le lleva a recordar aquel periodo de su pasado.
Ubicado en un presente entre
los años setenta y ochenta, y un pasado en la Francia ocupada, el guionista Julien
Frey y el dibujante Pep Domingo (Nadar), nos traen una historia en perfecto
blanco y negro, muy visual, que nos muestra un punto de vista del conflicto, de
la Segunda Guerra Mundial, al que nadie había abordado hasta ahora: La de los
franceses que trabajaron para los nazis, voluntarios o no, en sus fábricas de
armamento.
Un cómic de 191 páginas,
donde Justin intenta encontrarse a sí mismo, después de casi cuarenta años de
silencio, rememorando los abusos, las chinches, los campos de trabajo, la
muerte y automutilaciones de sus compañeros… Y la incomprensión de gran parte
de sus compatriotas, que los vieron como cercanos a los traidores. Un cómic
impactante, y cuya lectura es ciertamente muy recomendable.
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