domingo, 24 de mayo de 2020

Lucha de clases (2019)



        Con la primera escena de la película francesa “Lucha de Clases” (2019) ya sabes que estas ante una comedia, con cierta acidez, y con cierta crítica sutil. Un tipo de una inmobiliaria le dice a una pareja, (él, un batería punk y anarquista, ella una abogada árabe laica), que la casa que quieren vender, está valorada en 450 mil leuros. Él dice: Nos costó 200 mil, y la venderemos por 200 mil. Y el de la inmobiliaria se pone a regatear, para que la vendan más cara…

        Sofia y Paul, que es la pareja, son antisistema (más él), e intentan vivir según esos ideales, pero no paran de caer en continuas contradicciones que no saben explicar en muchas ocasiones. Quieren luchar contra el sistema, pero son parte de él, les guste o no, en una Francia multicultural.

        Un día, su hijo Corentin (Cocó), sufre un choque cultural. En su colegio público hay musulmanes y cristianos, pero él, por sus padres, es ateo, y eso le causa un trauma. Parte de sus amigos se van a otros colegios, porque la educación pública hace aguas, y ellos incluso se lo plantean, pero sus pensamientos chocan continuamente con la sociedad que les rodea, Corentin es uno de los grandes perdedores de la historia…

        Es una película divertida, llena de buenos e inteligentes puntos relacionados con la hipocresía de la sociedad, no ya francesa, la general. La he disfrutado mucho, aunque no sea para tirar cohetes.

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