El segundo volumen de
“One Punch-Man” (Ivrea Ediciones, 2016), “El secreto de su fuerza” ha caído en
un rato, como era de esperar. En este segundo volumen (de One, como guionista, y Yusuke Murata como dibujante), titulado “El secreto de
su fuerza”, Saitama y Genos se desplazan hasta La Casa de la Evolución para
enfrentarse a los posibles peligros que haya allí. Un científico loco, que se
ha clonado varias veces a sí mismo, planea mejorar a la raza humana, haciendo
criaturas mixtas y monstruosas con los animales.
El peor de todos ellos es
Rhinoceratops, que ha acabado con varios clones del científico, y que espera
impaciente a la pareja de héroes. Genos es pronto puesto fuera de combate, pero
Saitama lo destroza de un solo puñetazo, mientras confiesa el secreto de su
poder, que no es otro que el de un entrenamiento básico, y fácil de hacer. Por
lo que no se lo toma nadie en serio. Poco después, un grupo de terroristas
calvos, autodenominado, Los Paradisianos, siembran el caos en la ciudad,
buscando un mundo donde la gente no trabaje. Un ninja a sueldo, Sonic, es
mandado a acabar con ellos, objetivo que logra, aunque equivoca a Saitama con
uno de ellos, por su calvicie.
Sonic pierde el
encontronazo con Saitama, y jura entrenar para derrotarlo, pero este está más
preocupado por hacerse un nombre de héroe y registrarse como tal, en la
Asociación de Héroes.
Lo he disfrutado como
nunca. Me ha pasado igual que con el primero, que las carcajadas, son
inevitables.
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