A Manel Fontdevila lo conozco
desde hace muchos años, no personalmente, pero si artísticamente, pues era (y
es) uno de mis autores preferidos de “El Jueves”, la revista que más leía, con
avidez, en los años noventa.
De hecho, recuerdo que, en mi
último piso de Cáceres (año 99), me dejé olvidados algunos especiales de “La parejita”,
que es una de sus tiras o personajes más conocidos, y que yo intentaba no
perderme, pues aparte de que me sentía identificado con algunas de sus temas,
su peculiar humor me desbordaba y lo disfrutaba mucho. Y sentí mucho aquella pérdida.
Hace poco cayó en mis manos este
tomito, publicado por Glénat, que me ha parecido una delicia: “Mantecatos”
(2003). Una serie de historias cortas, con todo el estilo de Fontdevila, guiños
y humor del bueno. Que, prácticamente, me lo he leído de una sentada, y que he
disfrutado muchísimo. Una pequeña joyita, de esas que disfrutamos a tope. Todas
tienen su comienzo, su desarrollo y su punto final. Con personajes que viven, prácticamente,
en las nubes, que no se enteran o tal vez… No se quieren enterar de qué va la
vida, o el rollo, o que se autoengañan porque sí. He visto, he palpado, mucha
añoranza en algunos guiños, o quizás una crítica a lo que dejamos atrás. A mí me
ha gustado. Por aquí lo dejo.
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