Cuando me viene a la mente el
nombre de Alberto Breccia (1919-1993), alias El Viejo, el primer trabajo que se me viene a la cabeza son
aquellos maravillosos dibujos de “El Eternauta”, de finales de los sesenta,
principios de los setenta, con guion del increíble Oesterheld, y que venían en
folletines coleccionables, de pocas páginas, semanales, y hoy en día muy
buscados y muy apreciados. O “Los mitos de Cthulhu”, donde uno siendo muy crío,
a principios de los ochenta, podía por fin, ponerle cara a sus más oscuros
miedos, gracias a los lápices de Breccia.
Breccia tenía un estilo muy característico.
Siempre he pensado que era deudor del expresionismo puro y duro de principios
de siglo. De Munch, pero, sobre todo, quizás, de James Ensor. En Breccia está
el trazo de Ensor, aquellas máscaras fantasmagóricas e inquietantes, y, por supuesto,
el color.
Breccia es un clásico de los
dibujantes o historietistas del S.XX. A este lado del charco llegaban cosas de
él, a cuentagotas, pero que te maravillaban cuando conocías lo que se hacía
allá por Argentina. Él nació uruguayo, pero creo que la nacionalidad se la
disputan los argentinos. Da igual. El arte no conoce de fronteras, y menos las
físicas.
Hoy os traigo una edición,
publicada en 2011, con algunas de las versiones que hizo de las historias
cortas de Poe. Fue una edición limitada, que yo sepa, de dos mil ejemplares,
que para los seguidores de Breccia, se quedaron en poco o casi nada.
“El Gato Negro y otras historias”,
de Edgar Allan Poe. Las otras historias son “El extraño caso del Sr. Valdemar”,
“William Wilson”, “La máscara de la muerte roja”, y “El corazón delator”, que
guarda mucha similitud con “El gato negro”. Son historias que se publicaron en
revistas italianas, felizmente recuperadas en este tomito, y que os recomiendo,
a los que no conozcáis el arte de Breccia, encarecidamente, y a los que ya
sabéis de lo que os hablo, ¿Qué más os puedo decir? A disfrutarlo.
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