Nueva sesión mañanera de cine,
que los domingos están para ello. Esta vez, le ha tocado a “Ant-Man y la Avispa”
(2018). No he cometido el error de, como en otras ocasiones, leer mil opiniones
en foros, cuando me enfrento a una película de la factoría Marvel. Sino que he
ido directamente, sin saber muy bien que me iba a encontrar, aunque eso sí, conociendo
por donde empezaba la historia, que enlaza con las películas de “Los Vengadores”.
De hecho, en “Infinity Wars”, La Viuda Negra ya informaba al espectador de que
la ausencia del Hombre Hormiga y Ojo de Halcón, en la lucha contra Thanos, se
debía al arresto domiciliario. A partir de aquí, seguro que se me escapa algún
SPOILER: Avisado estas.
¡Y qué arresto, oiga! El bueno
de Scott se tira haciendo un laberinto de cartón piedra, para su hija, en casa,
que ríase usted del de “Dentro del Laberinto”, pues a este no le falta detalle.
Quedan tres días para su liberación, y Scott tiene un sueño raro relacionado
con La Avispa original (Michelle Pfeiffer, más Pfeiffer que nunca). Al avisar a
Henry Pym de ello, tanto él como su hija, la nueva Avispa, lo ven como un
mensaje, una llamada desde el Mundo Cuántico, donde La Avispa original está
atrapada, para poder ser liberada.
Pero, Scott, en teoría no
puede salir de casa. Y tras la tecnología cuántica que permitirá la vuelta de
La Avispa, igualmente andan una panda de mafiosos (bastante graciosos), un
antiguo compañero de Henry (Bill Foster, al que yo conocí en los cómics como “Black
Goliat”), y su pupila que se está muriendo, y que cree que necesita esa misma
tecnología para sobrevivir: “Fantasma” (que yo equivoqué con la versión
femenina de “Caballero Luna” al verla, por el traje), y que prácticamente tiene
los mismos poderes que Kitty Pryde en La Patrulla X.
A partir de aquí, se inicia
una carrera contrarreloj, por parte de los tres grupos, por lograr la
tecnología. Por una parte, los mafiosos, por la otra Goliat/Fantasma y el equipo
Hormiga. El humor entra en la narrativa a raudales, yo me he reído en muchas de
las escenas. Y me ha gustado mucho, que, en esta película, los “malos” no sean
tan malos, sino que solo van buscando su propio camino, y son hasta posibles
aliados en un futuro que se deja abierto. El secundario, Michael Peña (Luís),
es de lo mejor de la película con sus gags y situaciones ridículas.
Es la película que cuenta, a
modo de transición, el arresto movidito de Ant Man, y que enlaza, en el final,
con “Infinity Wars”. Para ello, nos lo deja claro la primera escena
post-créditos (en la que conocemos a quién afecta el chasquido de Thanos).
Scott está en el mundo cuántico recogiendo muestras que ayudarán a “Fantasma” a
controlar su intangibilidad, pero en el justo regreso al mundo real, el chasquido
mata a las dos Avispas y a Henry Pym, quedando Scott atrapado en el mundo
cuántico…, Y una segunda, después de una hora y media de créditos, en la que
una hormiga entrenada en la casa de Scott toca la batería y una enigmática
pregunta sobre el regreso, o no, en un futuro, de los dos héroes. Con esta
última, he creído entender que, su hija, la futura “Estatura”, miembro de los
Nuevos Vengadores, tendrá algo que ver, y que la cámara es, en realidad, la
niña en busca de su padre.
Te gustará. Simplemente cumple
su función como un tipo de film en el que se cuenta lo que pasa, paralelamente,
a la rama narrativa principal, que es la de Los Vengadores. De manera
secundaria, pero aportando otros personajes, y, de paso, entreteniendo al
personal. Estoy convencido de que Ojo de Halcón habrá tenido un arresto más
tranquilo, pero como en la siguiente de Vengadores aparezca Kate Bishop, ya
sabremos que a los Vengadores originales les va quedando poco tiempo en el
Universo Marvel, y que otra generación asoma la cabeza… De momento, la hija de
Scott ya está dando vueltas por aquí…
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