(Si no quieres spoilers, NO LEAS: Viene prácticamente toda la sinopsis, contada a mi manera). Hoy he ido a
la sesión mañanera, a ver “Han Solo” (2018), precuela de las precuelas, arriesgada
apuesta cinematográfica sobre el universo Star Wars y con Ron Howard a la
Dirección. Con un elenco de actores interesante: Woody Harrelson, Thandie
Newton (que lo está bordando en WestWorld), la requeteguapa Emilia Clarke (Ay,
lo que nos gusta Emilia), Paul Bettany (nuestra Visión de Vengadores) y un
desconocido (al menos, para mi) Alden Ehreinreich en el papel del icónico Han
Solo.
Bueno. Nos sentamos, nos
preparamos para ver algo que te enganche… Han pasado cuarenta minutos y, vaya,
aún no le hemos encontrado el gustillo a la película. Andas un poco
descuadrado, y brindas por los últimos veinte minutos por que te parecen los
mejores, o al menos, donde ya estas dando puntadas con hilo.
Estamos unos veinte años antes
de que Leia y Han Solo crucen sus vidas. Él, intenta fugarse con su chica del
planeta Corelia, un planeta-fábrica que es, de lo peor de la Galaxia, y donde
es uno de los Niños Perdidos de un callejón oscuro, donde sirven a Lady Próxima,
un ciempiés cenagoso con muy mal perder. El Imperio domina esta parte del
Universo, y Han acaba de soldado imperial en escenarios que, ríete tu de la
Primera Guerra Mundial y sus cuatro años de trincheras.
El caso es que, por allí,
conoce a Tobías Beckett, un tipo que intenta dar el golpe del siglo atracando
trenes siderales que hacen siempre el mismo recorrido, como un bucle o una
atracción de feria, evitando siempre que se le adelanten otros bandoleros
galácticos. Han se une a su equipo, junto a Chewbacca, al que ha conocido en
una alcantarilla. El golpe sale mal y la mitad del equipo de Beckett cae en el
intento. Para evitar que Dryden Vos, (jefazo mafioso encargador de tareas
sencillas, los mate) aceptan hacer otro trabajito sencillito: Ir hasta el final
de la Galaxia, (donde salen los créditos finales), a dar un nuevo y limpio
golpe, junto al tramposo jugador de cartas Lando Carlrissian, L3 (un droide
revolucionario que se ha leído toda la biografía de Marx, Engels y Lenin en
diez minutos) y Qi´ra (lugarteniente de Dryden Vos), a una mina de Orichalcum, digo…
Perdón, que me lio, de coaxium, mineral fundamental y valiosísimo, que sirve
para el funcionamiento de las naves estelares, a bordo del riñón derecho de
Lando, que se llama El Halcón Milenario.
Chupado. Aquello estuvo
chupado. Dejan atrás un planeta con una revolución proletaria, lo cual me
pareció estupendo, pero a cambio de perder a L3 con el puño izquierdo en alto. Una vez cumplimentada la
misión, y mientras refinan el mineral, son conscientes de que los que creían
bandoleros, no son ni más ni menos que luchadores por la libertad y la
justicia, vengadores de los desaguisados de Dryden Vos y su maléfico Sindicato
del Crimen (Crimson Dome). Entonces Han decide actuar, convencido de la futura
traición de Beckett, y echarse un farolazo delante de Dryden en su propia casa.
El coaxium será para reforzar la guerra contra la tiranía, y de paso, nos
echamos unas risas… Eliminado Dryden, y con Han buscando un duelo al sol con
Beckett. Qi´ra rebela su ambición contactando con Darth Maul (de lo meeeeeejor
de la película) y emprendiendo un camino hacia el maléfico y malévolo y
malísimo lado oscuro de los negocios interestelares. Han le gana a Lando El
Halcón Milenario en una partida al Monopoly, en un jardín de infancia. FIN.
A mi me ha llegado a aburrir
mucho. Reconozco que los guionistas se lo han currado en cuanto que la historia
gira en torno a una serie de libros publicados sobre la vida de Han Solo y la
Antigua República hace un par de décadas. Pero yo, que no llego a ciertos
niveles, no he visto el carisma del personaje. Chewbacca pasable, me encantan
sus diálogos. L3 es un personaje interesante, pero dura poco en su lucha por la
Igualdad de Derechos. Guiños al Corredor de Kessel, y algunos detalles que se
me han escapado o que quiero obviar adrede. En fin, si sacan otra, la veré igualmente, que para eso soy friki desde los setenta.
Pero las dos últimas películas sobre el Universo Star Wars me han hecho
bostezar mucho. Lo siento.
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