Hay que reconocer que, de
vez en cuando, aún, me encuentro con un cómic que me deja seco de principio a
fin. Me deja sorprendido y con cara de bobo. Un cómic que, cuando lo terminas,
no te queda otra que decir: ¡Jooooder, si es que es requetebueno! Y te lo
vuelves a leer, para intentar no perderte ni una sola coma, ni una sola viñeta.
Cada vez me ocurre menos, pero la última vez que me ha ocurrido eso ha sido con
“El ladrón de días” (Editado por Norma en castellano en 2006), de Clive Barker,
es un relato de uno de los mayores maestros del terror, cuya obra es aquí
adaptada por Kris Oprisko, y dibujada por Gabriel Hernández con la precisión de
un cirujano.
En “El ladrón de días”
nos encontramos con un niño que se aburre en casa, se aburre en su ciudad de
casas con jardín y familias repetitivas. Su nombre es Harvey Swick, y necesita
desesperadamente una aventura, pasárselo bien al menos una vez en su vida. Este
deseo hará que un extraño personaje, de enigmática sonrisa, Rictus, se presente
en su habitación para ofrecerle una tentadora alternativa: Conocer Villa
Vacaciones, un enigmático lugar, donde todo es diversión. Es Halloween por las
noches, es Navidad cada poco tiempo, es una casa llena de juguetes, es una
cocina llena de manjares…
La oportunidad es única,
pero Harvey pronto averiguará que la casa alberga, aparte de diversión,
terribles secretos y horrores… Clive Barker, autor de “Libros de sangre” y “Hellraiser”
es puro entretenimiento, puro terror, pura recomendación para leer y disfrutar.
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