Los que nos criamos en los
ochenta (y hasta mediados de los noventa) recordamos perfectamente a los Power
Rangers. Cinco chicos y chicas, de diferentes razas, colores y personalidades
con poderes adquiridos por unos brazaletes, o vete a saber que era aquello.
Eran chicos de instituto que
tenían que soportar, y combatir, invasiones alienígenas un día sí y otro no. La
mecánica de la serie siempre era la misma: Llegaba un extraterrestre, con forma
de escarabajo diabólico, o cangrejo o mantis religiosa, rodeado de esbirros que
orbitaban a su alrededor. Los Power Rangers, vestidos en sus monos rojo, azul,
amarillo, rosa (yo estaba loco por Kimberly, la actriz rosa) y negro, los
derrotaban, normalmente en una cantería reservada para esta clase de invasiones
siderales.
Entonces, Rita Repulsa, o
cualquier otro comandante alienígena. Creaba la versión gigante del
extraterrestre en cuestión, que comenzaba a machacar los escenarios de papel
cartón que representaban la ciudad. Los Power Rangers, entonces, con ayuda de
la mente alienígena Zordon, usaban su MegaZord, un robot gigante (hijo de
Mazinger Z), que armado con espada y pistola de rayos, acababa con el bicho
destrozando media ciudad de paso. El siguiente episodio era idéntico en trama
narrativa al anterior, y al posterior, pero te daba igual.
Después de la serie, vinieron
otras: Evoluciones, Powers Rangers Blanco y Verde, nuevos vehículos, nuevos
robots, nuevos malvados seres a los que derrotar y un par de películas. El
actor del Power Ranger rojo metido a actor porno gay. Lo normal, vamos.
Después, pasan treinta años, y
resulta que eres padre. Y te dices: Vamos a alquilar la última de los “Power
Rangers” (2017), que tu hija califica de soporífera desde el minuto tres. Y
bueno, los tiempos cambian, los actores por supuesto también, pero te das
cuenta que esta nueva entrega guarda aquella esencia vital que guardaba la
serie original.
Rita, una exranger y Zordon
(exranger rojo) vienen dándose hostias desde el Mesozoico, para hacerse con el
poder del mando a distancia, digo… Del Universo. Fortuitamente, los jóvenes protagonistas
encuentran, en una mina, los aparatejos que Zordon dejó enterrados en Estados
Unidos (no podía ser ni España, ni Eslovenia, tenía que ser EEUU). Dichos
aparatejos hacen a los chicos más fuertes, no más inteligentes, pero si más
fuertes. Con el encuentro de las monedas Rangers, viene la nave, los
entrenamientos catastróficos, los enemigos y todo aquello que recordaba de la
serie…
P.D: No os quiero contar más,
prefiero que la veáis. Para los que estéis en Plan Nostálgico. Bryan Cranston
es Zordon.
P.D.D: Hay una escena
post-créditos que anuncia cosas…
P.D.D.D: A la película le sobra
media hora, perfectamente.
Nunca los tragué. Siempre me parecieron una cutrada. Tanto el original japo como la versión yanki.
ResponderEliminarEran cutres y repetitivos, es cierto, sabías como iba a acabar cada episodio, pero... Lo veía cada vez que podía. Ahora me crispan los episodios de "La patrulla canina", mi hija sabe como acaban, pero no puede dejar de verlo, jajajaja
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