Me habían hablado, por aquí y por
allí, de “El ladrón de palabras” (2012), una película que ya tiene sus añitos,
y que reunía a una serie de interesantes actores en una misma película. A
saber: Jeremy Irons, Dennis Quaid, Bradley Cooper y Zoe Saldana (a la que sigo
muy especialmente desde la serie “Westworld”)
“El ladrón de palabras” se
presenta como un intrincado edificio narrativo de tres pisos, que conecta con
hilos de seda. En primer lugar tenemos a un Dennis Quaid, escritor separado,
que cuenta la historia principal a un auditorio de admiradores. Después tenemos
a Bradley Cooper que es el protagonista del meollo, de la novela escrita por el
personaje de Quaid, y la última subtrama, derivada de la de Cooper… ¿Un poco
lío, verdad?
Un escritor sin mucho éxito,
fracasado (Bradley Cooper) se encuentra en su viaje de Luna de Miel a París un
maletín de cuero que conserva un viejo manuscrito. El escritor lo publica como
propio, y el libro es un éxito. Entonces aparece el verdadero autor del libro
(Jeremy Irons), un antiguo soldado americano que había luchado en Francia, y
comienzan los dimes y diretes… Y todo ello contado por Dennis Quaid, que
también se trae lo suyo a cuenta… ¿Mejor así?
Creo que es una buena película,
pero que no llega a conectar bien del todo con el espectador, no sé, le falta
algo. Hasta podría ser real en el tema del claro plagio que hace el escritor,
que se apropia de algo que no es suyo… Plagio no, robo descarado…
En fin, entretenida, recomendable
por supuesto, pero me quedé un poco frío, y es agosto…
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