Winfried
llega a Bucarest a visitar a su hija. Inès trabaja en una empresa de las
gordas, asistiendo a cócteles, contratos millonarios, subcontratas… Con un alto
y organizado nivel de vida.
La presencia de su padre la incomoda, le
estorba y le avergüenza con sus comentarios. Un día, en un spa, Winfried le
pregunta a Inès si ella es feliz. Detrás de esa máscara de mujer dura y de
negocios, Inès no es feliz… Pero su padre intentará buscar la solución. Se
inventa un personaje llamado Toni Erdmann, con el cual, padre e hija, se van a
ver envueltos en situaciones bastante disparatadas…
Con
sus casi tres horas de película, “Toni Erdmann” (2016) se me ha hecho una
película muy larga, a ratos aburrida. Interesante guión, interesante
planteamiento, pero le sobra una hora, como mínimo. Tiene un puñado de premios
y la crítica me la pone por las nubes, incluso se dice que Jack Nicholson se ha
interesado en hacer el remake norteamericano de esta película alemana, pero a mí
no me ha llegado a conectar del todo… Le doy un cinco muy raspadete, poco más… No la veo como un drama, tampoco una comedia, no sé... La dejo a vuestra elección.
P.D:
La última media hora… Surrealista.
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