Sin duda, el apellido Pinkerton
está asociado, ineludiblemente, a las aventuras del Lejano Oeste. Detectives,
forajidos, pistoleros, cuatreros, agentes de la Ley, desperados…
Allan Pinkerton, su fundador, era
un escocés que recaló en Estados Unidos huyendo de su activismo Cartista en las
islas. Tonelero, espía durante la Guerra de Secesión, y, posteriormente
detective privado, Pinkerton y sus hijos fundaron una famosa agencia de
detectives que trabajó, no solo para particulares, sino también para gobiernos
como el norteamericano (fundaron el servicio secreto) y español (en la Cuba
española).
(Pinkerton, a la izquierda de la imagen, durante La Guerra de Secesión 1861-65, con Lincoln en medio)
En “Los forajidos del Misisipí”,
Allan Pinkerton, metido a escritor (publicó una veintena de exitosas aventuras),
nos cuenta una de las aventuras de la familia y agencia Pinkerton,
concretamente el caso de la banda de los Farrington, atracadores de trenes,
escurridizos como ellos mismos. Los Pinkerton y sus agentes, con William
Pinkerton a la cabeza, se verán envueltos en tiroteos y persecuciones,
pesquisas y pistas falsas, hasta dar con los cacos, con todos los elementos
típicos de una buena aventura en el Oeste.
Es un libro cortito, que concluye
con una biografía de los Pinkerton (El pobre Allan murió tras morderse la
lengua) y con un pequeño cómic (en inglés) en las páginas finales con una de
sus aventuras. Un librito muy recomendable, que se disfruta, en once capítulos,
desde la primera página. Os gustará.
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