Una pequeña ciudad coreana
vive de la Central Nuclear que tiene allí ubicada. La mitad de la población
vive de dicha Central (que ya ha cumplido cuarenta años de existencia), la otra
mitad cree que la energía nuclear es un peligro y que debe ser desmantelada.
El protagonista, Jae-Hyeok, trabaja en la Central.
Vive con su madre, su cuñada viuda y su sobrino, pero se quiere ir a Seúl a
trabajar, de marinero a Alaska… Donde sea, pero lejos de allí. Su familia no lo
entiende y no apoya sus ideas.
Un día, la ciudad sufre un
terremoto, y a consecuencia de ello, la Central sufre desperfectos serios.
Salen a la luz, por parte de los técnicos, la falta de mantenimiento de la
Central, y a raíz de una grieta, la Central comienza a irse al garete. El nivel
de radiación comienza a subir, saltan las alarmas, comienzan las primeras
deserciones, los primeros actos heroicos y los suicidas… Y el caos precede a la
destrucción.
“Pandora” (2016) es, en mi
opinión, una interesante película sobre catástrofes nucleares (quizás le sobra
media hora larga), con una historia que en un primer momento me recordó al desastre
de Fukushima, y después, cuando las cosas empeoran, directamente a Chernóbil,
con la evacuación de la población y los pobres liquidadores que saben que van a
morir si o si… Teatral y melodramática, en ocasiones, en sus actuaciones, pero
con unos buenos efectos especiales, una crítica total a un país donde hay un
buen puñado de Centrales Nucleares (24) y otro buen puñado en construcción (6,
más 4 en mente). Una vez más, el cine coreano ha vuelto a sorprenderme con una
película entretenida, didáctica incluso, y por supuesto, muy recomendable.
Como están de apocalípticos los coreanos. Será el síndrome de la frontera...
ResponderEliminarEs cierto Carlos, recuerda, entre otras, "Train to Busan". Creo que le ganan ya a los japoneses en cine apocalíptico.
ResponderEliminarPor eso lo decía. En poco tiempo han hecho varias por el estilo.
ResponderEliminarAlgo parecido puede pasar en Almaraz 40 años ya de funcionamiento y quieren que siga en servicio
ResponderEliminarJusto, no es descabellado.
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