Como
todos los veranos, una doncella debe realizar la ofrenda de las velas en el
altar de la Iglesia. Nadie las ha llevado aún, es tarde, y se va a hacer mucho
más tarde. Töre, un señor con tierras (lo que en España llamaríamos un hidalgo),
envía a su joven, devota y bella Karin, acompañada de Ingeri, una pagana
embrutecida y embarazada que trabaja para ellos.
Ingeri no traga a Karin. De hecho, la odia
bastante, y pide al viejo dios Odin que la castigue de alguna manera.
Abandonada a su suerte por Ingeri, Karin pronto cae en manos de unos pérfidos
pastores, que abusan de ella y la matan. Abandonando el cuerpo en el bosque.
Cuando anochece, los pastores llegan hasta las tierras y casa de Töre…
“El
manantial de la doncella” (1960), protagonizada por Max Von Sydow, Birgitta
Valberg y Birgitta Pettersson, es una película de Ingmar Bergman, ganadora de
algunos premios internacionales, donde destaca el Oscar a Mejor Película de
Habla No Inglesa de 1961. Basada en una antigua leyenda sueca medieval, plasma
muy bien la convivencia difícil entre el paganismo y la adoración de los
antiguos dioses nórdicos y la aparición incipiente del cristianismo que hace
desaparecer todos los antiguos ritos ancestrales de aquellas tierras.
Con
una narrativa sencilla, esta es una historia de pureza y venganza, del Bien y
el Mal, de paganismo y cristianismo, que entremezclan sus rituales.
Simple y llanamente, un peliculón, de los de
visionado obligatorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión me interesa, y lo sabes...