“Robinson
Crusoe en Marte” (1964), aunque en la portada pone “De Marte”, es una película
norteamericana de Byron Haskin, más mala que un dolor de muelas. Pero resulta
que, de tan mala que es, está considerada por muchos una película de culto, ya
veis. Y yo soy uno de esos personajes
raros que la disfruto como un “niño chico”.
(Aquí una bucólica escena familiar)
Está basada, como adivinareis, en la novela de
Daniel Dafoe. Solo tienen en común el nombre de Robinson Crusoe, porque después
la cosa se pone intergaláctica y cambia mucho, cambiamos islas desiertas por un
Marte hostil, de cartón piedra, con algo de desierto de Almería y con algo de
cordillera apalachense completamente desforestada, donde el protagonista, el
mítico actor televisivo (y escritor) de los sesenta, Paul Mantee (si hombre, salía en Seinfield), tiene que sobrevivir en
condiciones penosas, y efectos especiales aún peores. Bueno, son buenos para
ser de la época, seamos justos, al fin y al cabo, Byron Haskin, que es quien
firma la cinta, también se encargó de “La Guerra de los Mundos” (1953) que es
un clásico que suelo ver, por norma, un par de veces al año.
(La tecnología, insuperable)
La película fue una de las que más me impactó
de crío, posiblemente, junto a la mencionada “La Guerra de los Mundos”,
“Invasores de Marte”, “Crónicas Marcianas” (que no me he vuelto a hacer de
ella, por cierto, un trabajo mítico de Rock Hudson) o “Planeta Prohibido”, por
citar algunas… Y es que los Jesuitas, por cinco duros, te ponían estos títulos
todos los viernes por la tarde. El Salón de Actos de la escuela, convertido en
Sala de Cine, se llenaba.
En esta película, te tienes que reír, Si o Si,
con algunas cosas. Los volcanes marcianos, la gravedad normal o inexistente,
los equipos utilizados por los actores, la presencia de oxígeno en Marte, las
referencias a Dios o a Colón, los alienígenas, las cruces, o la presencia de
Viernes (que tarda una hora en aparecer en escena, y eso que la película dura
una hora cuarenta y cinco minutos, y que tiene una pinta de indio espacial
impresionante)…
Lo
dicho, de culto. Mala para los gustos actuales, pero entretenida, que es de lo
que se trata.
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