(No cito a Wynona en ningún momento en esta entrada. No hace falta)
“Experimenter.
La historia de Stanley Milgram” es, más que una película, un interesante
docufilm en sí mismo. Es mitad película, mitad documental. Una buena biografía,
basada en hechos reales. El principio no me resultó extraño, hace ya unos años
vi un documental francés titulado “El juego de la Muerte”, basado en un supuesto concurso, el cual recomiendo
fehacientemente, y al que se hace referencia al final de esta pelicula. Pues bien, el principio de este “Experimenter” es de lo que va
aquel documental. Basado en hechos reales, los científicos, este concretamente
(Stanley Milgram) investigan sobre las relaciones sociales, antropología, sociología...
Muy interesante, como un tipo puede darle descargas eléctricas a un
desconocido, simple y llanamente porque una autoridad se lo ordena.
(La rubia lee)
Todo es un bulo, pero está muy bien montado.
Dos tipos son elegidos para un experimento. En realidad, solo uno es el que se
somete al experimento, el otro es un actor. Uno de ellos debe memorizar una
serie de adjetivos y sustantivos, el otro, si este se equivoca al relacionar
sustantivos y adjetivos, le dará una serie de descargas eléctricas, empezando
por 45 voltios, y ascendiendo el voltaje según el otro se va equivocando.
(¿Una descarguita de nada?)
El actor se equivocará adrede. Y dará alaridos
(de mentira) por cada descarga eléctrica recibida. Habrá un momento en que el
tipo al que someten el experimento, dudará si seguir o no dando calambrazos al
otro pobre desgraciado, pero como Una Autoridad (el psicólogo o científico de
turno) le dirá que continúe con el experimento, este lo hará.
La
mayoría, la inmensa mayoría de los tipos que hacen de “torturadores” no
pararán. No se rebelarán contra la Autoridad. Ya podrá gritar el actor, pedir
por favor que pare de hacerle daño, mil cosas… Que el tipo seguirá hasta el
final. A pesar de que las supuestas descargas sean de 450 voltios. El
experimento trata sobre la Obediencia de los individuos, estudiar las
reacciones, las preocupaciones, los sentimientos que experimentan al torturar,
a sabiendas, a otro ser humano.
Llama
la atención de esta película que los actores rompen la cuarta pared (como
Deadpool) y te hablan y te preguntan, a ti, como espectador, directamente. La
utilización de imágenes reales de algunos de los experimentos (hubo muchísimos
de todo tipo), y la mezcla con de dichas imágenes con los propios actores,
alcanza cuotas de surrealismo puro y duro. La justificación propia de los
experimentos en la persona de Adolf Eichmann, aquel tristemente famoso nazi,
criminal de guerra, que el Mossad israelí localizó en Argentina y que llevaron
a juicio en una espectacular operación (La Operación Garibaldi). El tal Milgram
fue un tipo que, al parecer, hizo tantos experimentos que cuando dio la noticia
del atentado a Kennedy a sus alumnos, estos no le creyeron.
Resumiendo:
Como película, un tostonazo. Como documental o docufilm, para que veas lo hijo
de puta que puede llegar a ser el humano con sus semejantes, casi
imprescindible.
P.D:
“Obediencia a la autoridad” fue su libro más famoso, por si os interesa. Yo leí
algunas cosas cuando vi el documental francés que os comentaba (“El juego de la
muerte”), pero acabé por dejarlo…
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