De Celtiberia Show
guardaba yo, hasta la fecha, tres o cuatro recuerdos brumosos, y todos
relacionados con la Educación. Me explico: La primera vez que tuve conocimiento
de este librito fue en Octavo de EGB. Sería por el año 1986-87 más o menos. Un
compañero de clase se lo llevó a la escuela, y a carcajadas, leía algunos
anuncios y anécdotas que, a algunos hacía gracia, y otros directamente no
entendían.
(Ilustración de un libro escolar. 1967)
Al par de años, cursando yo el Bachillerato
(el antiguo BUP que tantos sufridores del actual sistema educativo echamos de
menos), otro susodicho se trajo un ejemplar que compartió con un par de
interesados en los recreos. Este era un tipo curioso que gustaba de hacer
siempre la misma broma, tiraba pesetas rubias por el pasillo justo cuando el
alumnado iba a entrar en las aulas, y se meaba de la risa, aunque nunca percibí
que dichos lanzamientos tuvieran efecto entre los compañeros de estudio.
El caso es que hace unos meses, volví a ver un
ejemplar de Celtiberia Show en una librería. Y me dije que esta era la mía. Se
me presentó clara la idea de poder disfrutar el disparate peninsular, en toda
una serie de recopilaciones curiosas, tontas y locas, de una España que ya no
existe, a través de anécdotas o anuncios de periódicos de los sesenta y
setenta. Todas las que están relacionadas con la Santa Iglesia Católica no
tienen desperdicio.
Recopiladas de mano del desaparecido Luis
Carandell, que fue un comentarista político y periodista, de lo mejor que tuvo
este país en el S.XX, y al que se le echa mucho en falta (igual que al antiguo
Bachillerato), Celtiberia Show hace un repaso por toda esa España (y Portugal
también participa con un par de cositas) casposa y rancia, que tiene mucho de
España Negra y de pintoresco en cuanto a que, hoy en día, afortunadamente, todo
esto nos hace gracia y nos parece raro.
(A Unamuno no se le perdonó nunca la trifulca con Astray)
Os dejo un par de fotos
de ejemplo. Para que disfrutéis de los Celtíberos.
(Pongo la opinión del Clero sobre Galdos. La de Pío Baroja mejor que no la ponga, lo ponen bonito...)
Todavía queda mucho nostálgico de estas jodiuras.
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