Ulises, mi monitor de tiro con arco, se mesó la barba de dos semanas y me miró apesadumbrado. “Dos meses sin aparecer por el club y fallas todas las flechas...”, musitó.
¿Sabes que significa eso?, preguntó.
No, le mentí.
“Desconcentración, inseguridad... El tiro con arco es como la vida misma, Duncan, si no tienes confianza y pisas con fuerza, la flecha va fuera, fallas. Si, por el contrario, puedes sentir el arco, su tensión, como parte de ti mismo, entonces, en su equilibrio encontrarás el blanco, el objetivo, y no sólo eso, también la belleza de este deporte...”, me comentó mientras Apolo y Diana, los dos hermanos, intercambiaban miradas cómplices desde la línea de tiro.
El presuntuoso de Apolo apenas me había dirigido la palabra en toda la tarde, se notaba que entrena a diario. Vestía su típica camiseta de tirantas que dejaba ver sus dos enormes brazos, con los que tensa la cuerda con bastante facilidad, en uno de sus brazos tenia tatuado el lema ”Dafne”, rodeado por una rama de olivo, que no sé que carajo significa, y en el otro pone “Jacinto”, con una flor abierta junto al nombre. Sus aciertos eran continuos y no paraba de hablar algo sobre una lira...
Diana llevaba, como es habitual en ella, su bonito collar de plata que representa a un roble coronado por una luna. El pelo recogido en un gracioso moño y lucía su tatuaje de un ciervo con cierto orgullo. Su longbow sonaba como el zumbido de una abeja, y su mirada, desafiante, acompañaba a todas las flechas a su seguro destino.
“...Cuanto tiempo sin vernos”, me ha dicho dedicándome una tímida sonrisa, “...Ya era hora de que se te viera el pelo por el club, Duncan de Gross, nacido bajo el signo de Orión...No todo es Jazz, gatos y absenta en esta vida...”.
“Vuelve a intentarlo una vez más”, me ha pedido tajante Ulises mientras me ofrecía una flecha de carbono con plumas verdes y blancas. “Respira, controla la respiración mientras tensas y busca el amarillo, el centro de la diana, siente tus músculos y la cuerda como parte de un todo, hierático, y en la suelta deja que todo fluya, Panta Rei...”, musitaba mientras mi arco olímpico se contorneaba sensualmente ante mi.
Un pensamiento, la tímida sonrisa de Diana, ha pasado como el fugaz rayo de una tormenta de verano. He soltado la cuerda al tiempo que exhalaba un suspiro prisionero, breve, y la flecha ha errado en su vuelo, como la vida.Ulises, entonces, ha arqueado una ceja. Apolo ha bufado, y Diana, su hermana, me ha dedicado un guiño y una posterior y misteriosa sonrisa...Tímida, pero perturbadora...
Jolines lo que ha crecido Micho.
ResponderEliminarHe entendido tu acertada preocupación por la premura que le está poniendo Micho respecto a aprender idiomas (ostrassss ¿he escrito yo eso, buffff, me doy miedo a mi misma). Ya me imagino a esa Jenny, a su hijo, al pobre Micho, buffffffff, qué miedoooo.
En cuanto a lo de salvar al lince ibérico, pues que estoy totalmente de acuerdo, y que todo lo que se pueda hacer es poco, pero que menos que concienciarnos un poco que nos lo estamos cargando todo.
Tengo que decir que bobadas me ha sorprendido muy gratamente. Algo diferente, que siempre sienta bien leer. ¿Guardas las servilletas?
En cuanto a seguir soñando ¿qué decirte? Pues que me ha encantado, y que yo espero seguir soñando y contando cuentos, aunque al final me vean como un trasto viejo.
Y no te preocupes por errar flechas, y lo bien que te lo has pasado con esa sonrisa.
He disfrutado leyendote. Como siempre es un verdadero placer.
Un besitoooooooooooooooo, y no dejes de contarle a micho esas historias, y de paso nos las cuentas a los demás.
La fuerza de una sonrisa envuelta en misterio podría acabar con el hombre mas fuerte..
ResponderEliminarDisparo certero el de la sonrisa..
¡Tú sigue intentando hacer blanco pues mientras lo consigues y no ,te llevas el trofeo de esas miradas y sonrisas je,je...
ResponderEliminarBesitos volados y marramiaumiaus a Micho.
Ay, Duncan, las sonrisas de las diosas te van a acabar perdiendo, jajjajaja
ResponderEliminarMe encantan tus relatos mitológicos!!!! Beso gordo.
hombre distraido, hombre muerto :P
ResponderEliminarHombre, a ver si te preparas bien para el próximo certamen que me imagino no muy lejano. Evita las distracciones de las Dianas Cazadoras y sus coquetas miradas, lo único que buscan es confundirte.
ResponderEliminarUn saludo.
Jjajajjaa, las mujeres que hacemos que os despistéis......¿En serio practicas arco?
ResponderEliminarEs que tienes unos monitores de aupa, si me permites la expresión, y bajo esa mirada cualquiera dejaría escapar un suspiro y erraría su tiro.
ResponderEliminarBesos
Tu entrenador tiene toda la razón, y también esos dioses que te dicen que no todo en esta vida son gatos y absenta.
ResponderEliminarPaciencia, seguro que muy pronto volverás a dar en la diana.
Pues yo estoy totalmente de acuerdo con el pensamiento de Ulises...aunque la flecha se empeñe a veces en querernos hacer ver lo contrario.
ResponderEliminarun beso grande para tí, Duncan y una rascadita para Micho.
Y como me gustan estas historias mitológicas!!!
ResponderEliminarBesos.
Haz caso a Ulises, pero sobre todo a Diana jeje. Dedica más tiempo al arco y ninguno a la mierda verde jajaja.
ResponderEliminarTienes a Diana en el bote!!
ResponderEliminarEn cualquier caso, quedas invitado por la horda para la razzia del próximo verano. Quizá el tiro al blanco se te de mejor que tirarle a la pobre Diana.
Que Tengri guié tus mortíferas saetas!!!
Ten cuidado jugando con diosas que luego se encabronan entre ellas y el que acaba pagando el pato es el objeto de sus amores. Piensa en aquel desgraciado que ya no me acuerdo de su nombre... bueno tú sabes lo que te cuento, que las pasó putas porque ahi estaban las tres en plan "a quién quieres más, a papá o a mamá". Como si se pudieran comparar los amores a distintas diosas...
ResponderEliminarUn club muy interesante. ¿Aceptarán nuevos socios?, ¿tiene sección de Muay Tai?...
ResponderEliminar…Siempre es bueno confraternizar con las mamas de las buenas tiradoras.
Saludos, y se como el bambú y la rana en ese PEDAZO de recepción de Megagym. Te envidio.
Las sonrisas de las diosas tienen un efecto indescifrable entre los mortales :)
ResponderEliminarEs que hay muchos cazadores que salen con el arco por ahí, y se traen presas insospechadísimas. Vamos, generalmente la que menos osarían decir que deseaban. ;) Es asín el mundo de los elfos Arqueros.
ResponderEliminarAy, las flechas del amor... son las flechas que se clavan una vez y otra vez más, están entre tu pelo y en tu forma de mirar......... ten cuidado con Diana!! Usa flechas invisibles!
ResponderEliminarY anda que no sabe na Diana, seguro que te miro con todas las intenciones de los tiempos. Bonita manera de dar viva a tan inspiradores personajes.
ResponderEliminarUn abrazo
hola , duncam. Aqui sigues con tus flechas!! y tu gato!!!
ResponderEliminarhemos "volvido"
Que lindo!!! me ha gustado el relato!...así es imposible concentrarse...
ResponderEliminarBesitos.
Quédate con la perturbadora sonrisa de Diana y olvídate de lo demás...
ResponderEliminarOh! esas sonrisas perturbadoras son inquietantes, ojalá descubras el significado pronto!
ResponderEliminarEso que vos decís, de como pararse con el arco, enfrentando y con seguridad para que salga correcto el tiro, es la vida misma. Creo que hay que estar con esa posición frente a todo, seguros del tiro, sin vacilar y con mucho valor. Con toda la seguridad en uno mismo.
Te mando un besote enooooorme y, como siempre digo, otro a Micho :)
:)
Hola Duncan!!!
ResponderEliminarCuánto tiempo, sigues tan magnífico como siempre... recuerda que, como la vida misma, todo es ponerse de nuevo.
Besos
Tienes que entrenar más Duncan,,y así volver al equilibrio y a la estabilidad¡¡¡
ResponderEliminarsaludos y no desesperes...pronto volverá la puntería
Duncan qué precioso lo que cuentas del arco, esas clases de Ulises son estupendas. Volveré a leerlo otra vez. Me ha llegado El desierto de los tártaros,y mientras la veo, visualmente preciosa,hay cosas que no recordaba, pienso "esto a Duncan le gustaría". Y cuando ves la fortaleza y sabes que ya no existe te entran ganas de llorar. La música genial y los actores...me encantaría mandarte una copia, ¿se te ocurre alguna forma? Recuerdos a Micho y abrazos.
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