Hacia un par de semanas que no veía a Dionisio, viejo marinero y experto catador de vinos. Anoche lo vi. Estaba apoyado en la barra del Roseburg, pero no estaba solo, le acompañaba una chica que me resultaba familiar pero que no sabía ubicar. Su rostro y su figura me resultaban cercanos.
El Roseburg tenía concierto, un desconocido grupo de jazz, al parecer local. Los tipos no eran malos, pero los presentes, envueltos en la bruma de cigarros y bombillas de 25 watios que ambientan el pub tenebristamente, no parecían apreciar los ritmos de la batería, la dulce voz de la chica que fijaba su mirada en el infinito mientras musitaba “Sweet home, lonely man…” y el saxo que te hablaba de calles desiertas y luces de neón…
A mi me vino bien despejarme un rato, sentarme al final de la barra en un tosco taburete, que hacía las veces de torre albarrana y beber un par de cervezas mientras con el rabillo del ojo espiaba sin pudor a la pareja de la barra. Le quitaba las etiquetas a los botellines descuidadamente y de vez en cuando alzaba la mirada para observar a los nuevos clientes que, a cuenta gotas, entraban en aquel garito nocturno, isla de taciturnos, que dejaban entrar con ellos una bocanada de aire gélido, invernal, que comenzaba a arropar la noche…
Dionisio no quitaba ojo a su acompañante, parecía estar de oreja, ella gesticulaba, sus ojos brillantes subían y bajaban, sus manos parecían dibujar imágenes en el espacio, por mucho que miraba sus labios, no conseguía pillar palabra y al levantar la vista por encima de su hombro, Dionisio reparó en mi presencia. Me saludó con un enérgico gesto, ella se volvió hacia mi, como si hubiera salido de un extraño sopor y se me quedo mirando pensativa, inmediatamente Dionisio me hizo un segundo gesto para que me acercara a ellos.
Entonces la reconocí, la chica era Ariadna, la loca que llenaba de hilos toda la avenida y calles adyacentes, según ella para que su novio pudiera salir del barrio, cliente de Aracne la modista. Cogí el botellín de cerveza y me levanté torpemente del taburete, me acerque a ellos y pude ver que la chica era francamente guapa, sus ojos grises me miraron curiosos.
- El Gran Duncan de Gross, nacido bajo el Signo de Orión. – Me saludó afectuosamente con un par de palmadas en el hombro Dionisio, su sonrisa franca, me decía que realmente estaba encantado de verme.
- Siento mucho lo de tu gato, era un gran tipo… Permíteme que te presente amigo Duncan, esta hermosa señorita que me acompaña es Ariadna… -, dijo poniendo su otra mano en el hombro de ella.
- Encantada…, - dijo ella. -…Creo haberte visto por el barrio… - Comentó.
- Es posible. – Contesté indiferente.
- Estamos hablando del desamor, la pobre Ariadna lo está pasando mal, su novio, un tal Teseo la ha dejado tirada, un desagradecido, pero aquí está el amigo Dionisio para escucharla y aconsejarla…-, informó Dionisio, y en ese momento me di cuenta que los dos iban bien cargados. De hecho si les hubiera prendido fuego, hubieran ardido como teas durante tres días con sus tres noches…
- El amor es una mierda. – Musitó Ariadna mientras miraba a la chica jazz entonar “Oh, Darling, in New Orleáns…I hope…”.
- Se cierran puertas y se abren otras, no es el fin del mundo... – Tronó jovial Dionisio, - …No hay nada que una copa no pueda curar, ¿Verdad Duncan?, ¿Otra copa?, ¿Tu quieres algo Duncan?. –
- Estoy servido. – Afirmé agitando el botellín en el aire.
- Yo voy a cambiar… - Sonrió Ariadna, -…Pídeme un Bloody Mary…-.
Muy interesante, ya veo que Ariadna tiene el mismo gusto en el bebercio que Michel. Ten cuidado y no te encariñes con ella a ver si se pone Dionisio celoso y la liamos.
ResponderEliminarBesitos
Tenía la misma observación que Gatadeangora jajaja estaba preocupadísima de que le agarres cariño por una coincidencia de este tipo pues los triángulos amorosos no han funcionado ni en la mitología
ResponderEliminar;)
Besitos Duncan, ten una hermosa semana!
Holaaaaaaaa.. me voy a poner al día con esta maravilla, no se porque siempre te comento en tu otro blog y este se me pasa, y resulta que es estelar como relatas las historias, ahora mismo lo enlazo para que no se me pase y tenerte más ceca.
ResponderEliminarUn abrazo y bello día
puf, tanta mudanza de corazón ha hecho que deje de tomar cafés mitológicos. Por lo que leo no ha sido un buen mes... bueno, ya está, marzo nuevo vida nueva. esta tarde le colgaré un mueble para usted, de otro habladorcongatos. Un beso Duncan, no deje nunca de mitologiarnos.
ResponderEliminar¿Bloody Mary?... escalofríos me entran de pensarlo.
ResponderEliminarPor aquí se dice que lo que escuece, cura, y para curar los males de amor yo le recomendaría a Ariadna que pase de los Bloody Marys y le empiece a pegar al Bourbon XD
ResponderEliminarLo del jazz no ayuda nada a superar estas cosas...
Un besote Duncan!!
Me resulta agradable y divertido como convives con tus personajes mitológicos y la nota nostálgica del inolvidable gato Michel. Estoy empezando a interesarme por la mitología gracias a tus lecturas. Bessoooss.
ResponderEliminarMmmmmmmmmmmmm, siempre tus entradas me hacen pensar pero me cuesta mucho escribirte un comentario porque es díficil... sí, mi cerebro, que le cuesta. Esos dos,deberían dejar la bebida ya!los males de amores y el alcohol malo, malo
ResponderEliminar¿No es casual que Ariadna te ve y decide tomar un bloody Mary?? Quizás tenga o haya tenido conocimiento de los gustos que tenía el buen Michel IV de Gato.
ResponderEliminarOjo con ella, a ver si en un tiempito tiende los hilos en la calle para que pase Duncan de Gross. ;) Quiero saber que ocurrió después!!
Un besotee Duncan
Ese final con Blody Mary incluído me ha parecido de lo más sugerente. Quizá con unos cuantos uno puede reflexionar más sobre el amor, o tal vez no. Yo por si acaso me voy a preparar un dry martini ahora mismo que tu entrada me ha inspirado. Besitos
ResponderEliminarEn Marruecos también tienen algunas calles llenas de hilos jajaja. Ya te contaré :P
ResponderEliminarY comparto la opinión de Ariada sobre el amor jeje, aunque no su afición por las bebidas espirituosas. El Bloody Mary y la absenta están causando estragos en el barrio.
q duda cabe q la historia no ha hecho mas q empezar....
ResponderEliminarBueno, a grandes males grandes remedios. Espero que pronto se pasen los males por amores mal avenidos y las resacas consecuentes no les den mucho tormento.
ResponderEliminarMe alegro de que no te unieras a esos dos, casi que me los veo en la plaza esperando que pase la puerta de su casa pa meterse.
Besos
Pues no sabe nada "la Ariadna" tomando Bloody Mary para tocarte la fibra sensible... ¡menuda lagartona! No te fies ni un pelo Duncan!
ResponderEliminarUn besazo.
Por si acaso, no te encariñes con ella. Me da que le va Dionisio.
ResponderEliminarBesos.
Que historia más fuerte e interesante, sobre todo como la llevas liando los personajes...
ResponderEliminarHaber el final que les vas a dar ya me tienes en ascuas...
Un abrazo yhasta pronto.
duncan, he pasado a ver a Dionisos y ariadna, pero venía sobre todo a hacerte una visita y a ver como estaba el patio y siempre me voy pensando cómo puedes gestionar ésto, y encima con los negocios editoriales. Espero que estés bien y enriqueciéndote inmensamnete. Volveré con más tiempo...
ResponderEliminarAl final conseguirás que sea la bebida de moda... yo por lo menos tengo ganas de probar uno.
ResponderEliminarUn abrazo!
Está visto que el Bloody Mary une las almas, y no me voy a preparar porque vamos a cenar ya, que si no...
ResponderEliminarPor cierto, Blogger vuelve a estar tontito y se vuelven a entrever los intersticios de tu blog. :(
¡Saludos!
Ay ay Ariadna, ¿qué tendrá Ariadna que tanto la nombras??
ResponderEliminarun besico de buenas noches...
=)
Aquí hay tema....no me lo pierdo¡¡¡
ResponderEliminar¿Seguro que Ariadna pidió Bloody Mary?...¿No sería que sus ojos de gata te llevaron a escuchar lo que S.M. habría pedido?... De todas las formas, creo que te estás desenvolviendo en un ambiente algo nostálgico y arrastradillo...con esas compañías ¡Cuídadin!
ResponderEliminarbesito volado.
Yo creo que lo de Bloody Mary ha sido una indirecta, seguro que ella sabia que Michel lo bebia y que te iba a dejar boquiabierto.
ResponderEliminarbesos felino.
He encontrado por casualidad este sitio y me ha atraído la narración, interesante la mezcla entre mitología y modernidad, entretenida, divertida, una pieza mas para mi colección de textos sobre el origen de mi nombre ;D ***
ResponderEliminarGracias Ariadna por el comentario, un placer que te guste, ya tiene 4 añitos la entrada y ahí sigue ;-)
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