Emilio. Emilio tiene 42 años. Lleva desde los trece años trabajando en el tajo, en miles de obras. Emilio no ha hecho otra coisa en su vida. Sólo trabajar. No estudió. No tiene el graduado. Sólo trabajó. Él tuvo claro, desde los trece años, que él quería trabajar. No le interesó ir más allá, no quería hacer raíces cuadradas, ni estuvo interesado en Lenin, ni en la Crisis del 29, ni en la sexualidad (siempre interesante) del Cernícalo Primilla.
Emilio ahora, después de estar trabajando tropecientos mil años, se ha ido al paro. Las obras se han parado, las empresas, como la de Emilio, se han declarado en suspensión de pago. Él, y setenta y cinco compañeros más, se han quedado sin trabajo de la noche a la mañana. La empresa le debe la última mensualidad (1100 euros), el finiquito y las vacaciones que no se ha cogido en el verano para no perjudicar a la empresa. El jefe de Emilio no aparece. El jefe de Emilio no da la cara. El jefe de Emilio, según dicen, es probable que se encuentre en Haití, o en Santo Domingo, reflexionando. La empresa de Emilio se ha hundido, igual que otras muchas, pero el jefe no se ha quedado en la ruina, es curioso. Emilio dice, que a su vez, muchos clientes, parejas, viudos, solteros, casados, siguen pagando esa obra, ese piso, ya parado, al banco de turno…
Emilio busca trabajo. Emilio clama al cielo sindical, pero este le devuelve solo silencio. Nunca un sindicato, Emilio, estuvo más callado que una mosca posada en una deposición. Emilio cobra el paro, no llega a los quinientos euros. Emilio no encuentra trabajo. A Emilio le dan dos opciones, hacer el curso de “Portugués Comercial” o el de “Auxiliar Administrativo”. Emilio no estudió. Emilio no tiene ni el graduado. Sólo trabajó. Emilio te levanta una pared de ladrillo y cemento. Emilio te maneja la grúa, te hace un encofrado.
La hipoteca de 590 euros de Emilio, por un pequeño piso de dos dormitorios no quiere saber nada de cursos, ni de obras paradas.
¿Qué hacemos con Emilio?.
P.D. Historias como esta, tengo que escuchar todos los días, hasta la docena por jornada. Se te encoge el corazón solo de escucharlos. La desesperación está latente en sus ojos, y nosotros, no sé porqué, no paramos de vender cajas fuertes…
Emilio ahora, después de estar trabajando tropecientos mil años, se ha ido al paro. Las obras se han parado, las empresas, como la de Emilio, se han declarado en suspensión de pago. Él, y setenta y cinco compañeros más, se han quedado sin trabajo de la noche a la mañana. La empresa le debe la última mensualidad (1100 euros), el finiquito y las vacaciones que no se ha cogido en el verano para no perjudicar a la empresa. El jefe de Emilio no aparece. El jefe de Emilio no da la cara. El jefe de Emilio, según dicen, es probable que se encuentre en Haití, o en Santo Domingo, reflexionando. La empresa de Emilio se ha hundido, igual que otras muchas, pero el jefe no se ha quedado en la ruina, es curioso. Emilio dice, que a su vez, muchos clientes, parejas, viudos, solteros, casados, siguen pagando esa obra, ese piso, ya parado, al banco de turno…
Emilio busca trabajo. Emilio clama al cielo sindical, pero este le devuelve solo silencio. Nunca un sindicato, Emilio, estuvo más callado que una mosca posada en una deposición. Emilio cobra el paro, no llega a los quinientos euros. Emilio no encuentra trabajo. A Emilio le dan dos opciones, hacer el curso de “Portugués Comercial” o el de “Auxiliar Administrativo”. Emilio no estudió. Emilio no tiene ni el graduado. Sólo trabajó. Emilio te levanta una pared de ladrillo y cemento. Emilio te maneja la grúa, te hace un encofrado.
La hipoteca de 590 euros de Emilio, por un pequeño piso de dos dormitorios no quiere saber nada de cursos, ni de obras paradas.
¿Qué hacemos con Emilio?.
P.D. Historias como esta, tengo que escuchar todos los días, hasta la docena por jornada. Se te encoge el corazón solo de escucharlos. La desesperación está latente en sus ojos, y nosotros, no sé porqué, no paramos de vender cajas fuertes…
A Emilio le pasa como a tantos Argentinos, como a tantos bolivianos, peruanos, a Emilio lo mató el sistema, ese hombre que podría ser cualquiera de nosotros es víctima de este mundo manejado por unos pocos, todo está mal, allá, acá... y hay tantos Emilios, y hay tanta gente que guarda la plata bajo los colchones o en una caja fuerte, y hay tantos que se escapan a "reflexionar".
ResponderEliminarDura realidad planteaste. Dura. Pero irremediable.
Mil besos amigo
Cuantos Emilios no hemos y estaremos fabricando entre todos... y ¿hasta cuando aguantarán?
ResponderEliminarGran entrada!
No sé muy bien como llegué aquí, pero con tu permiso pienso volver.
Saludos!
Tu entrada es un fiel reflejo de la situación actual de nuestro país, dónde todos los días desde hace ya muchos se escucha en el telediario la fatídica expresión "Expediente de regulación de empleo"...
ResponderEliminarY aunque como dice la expresión "no hay mal que cien años dure", mientras no cambie la cosa seguirán apareciendo Emilios por todas partes...
Aunque oyes historias como éstas desde hace meses, hasta que no encuentras un Emilio cercano o en la familia no piensas en lo duro que es. Bien cierto es, el trabajo se para pero las hipotecas corren como el viento.
ResponderEliminarBuen post, Duncan
Muakk
Lo que me hace hervir la sangre es lo de la suspensión de pagos en las empresas cuando los jefes tienen, como conozco un caso, más de mil millones en la cuenta de su nieta de tres años (verídico al 100%)
ResponderEliminarSláinte.
Reflexionando en Haití, supongo que para ver cómo sontinua con el escarceo. Qué poco les importa Emilio, Pepe, Antonio, sus hipotecas y el desempleo.
ResponderEliminarY qué pasa con los que el piso esperan, que tienen planes que pagaron su enttrada probablemente con los ahorros de toda su vida.
Seguramente serían otros Emilios o Antnios, trabajadores de obras u operacrios de fábricas con sueldos similares.
Ajj francamente enerva.
Besos
Ya no hace falta que una empresa quiebre para que cierre. Ahora las crisis llegan porque se reduce el margen de beneficios. Y los hijos de puta de los empresarios no se ajustan los machos para reducirlo aún más y mantener la empresa a flote, sino que optan por lo que menos les jode a ellos y más a los demás. Es decir, echar al personal a la puta calle.
ResponderEliminarEn esta manida crisis realmente no se están hundiendo empresas reales y tangibles (coches, petróleo, etc), sino los fondos de inversión en B de miles de especuladores. Que como digo en cuanto ganan menos de lo previsto en sus avariciosas mentes, optan por lo más fácil. Huir (ya sea de la bolsa o en realidad al Caribe :P) y cargarse al más débil.
Está historia desgraciadamente está muy vista, pero la manera en la que has ido hilvando todas las desventuras de Emilio me recuerda a una canción. Pero ahora no me acuerdo de cual...
A mí esta situación no me sorprende nada. ¡Hace tanto tiempo que se veía venir! La caída de la bolsa, la inacción de los sindicatos, la abulia de los políticos, la codicia de algunos empresarios... Pero, ¿y nosotros? ¿qué parte de culpa tenemos nosotros? Pero sobre toso ¿qué podemos hacer para solucionarlo? Pensemos que tenemos realmente en nuestras manos y actuemos en consecuencia. ¡Basta ya de lamentos!
ResponderEliminarPor desgracia es la triste realidad, y lo peor es que no parece que tenga solución de momento.
ResponderEliminarBesos.
Y no tienen que ser hispanos, solo en Extremadura, Badajoz sin ir mas lejos, cuantos niñatos dejaron la ESO y arrastraron a otros muchos, cuando con 17, 18 años se acercaban al "insti", con su coche tuneao y fardando de lo que ganaban a recojer a su novia y fumarse unos "petas" con los colegas. y diciendoles que el dejo los estudios y que mirasen lo bien que le iba, marchas a tope, consola, ropa nueva, que tenia a todas las tias comiendo de su mano y la billetera llena y muchoas dejandose llevar abandonaron los estudios tambien ..... Y ahora que vienen los malos tiempos se quejan y lloran amargamente y hechan la culpa al sistema, cuando los principales culpables fueron ellos, aunque le cueste reconocerlo y ahora sin titulo de la ESO, ni nada, buscan trabajo y nada encuentran y si les sale algo hasta dicen que esta mal pagado, que ya no ganan como antes para llevar su ritmo de vida... Donde esta ahora el coche tuneao???? y las marchas???? y las "titis" comiendo en la mano???? (Aunque solo fuera una) y todos los que se dejaron arrastrar, donde estan ahora???. Todos estos que se creian que destacaban en su profesion, pero destacaban porque eran necesarios, no por su calidad, y ahora intentan meterse a soldado profesional, pero se dan cuenta que lo tienen dificil ya que ahora tb exijen la ESO y deambulan sin saber que hacer.... No es que los que elijieran seguir estudiando lo tengan facil, pero por lo menos tienen mas oportunidades y a todos esos que ahora se quejan y antes cuando todo les iba viento en popa, eran unos chuletas vacilones, Pues q se jodan.
ResponderEliminarYa veo que esta realidad no deja diferente a nadie, en fin, esperemos que la coisa no vaya a mucho mais... Un besote a todos/as. P.D. Bienvenido/a Cristal!!, vuelve cuando quieras!!
ResponderEliminares el momento que vivimos... y cada vez más Emilios, y cada vez te roza más de cerca. En mi familia, dos miembros van al paro en fechas próximas. Malos tiempos, qué suerte tenemos algunos que aún podemos pagar la hipoteca y comprar tranquilamente (aunque sea mirando los precios siete veces más que antes).
ResponderEliminarSí, lo de volver a forrar los colchones creo que va a ser una solución en breve plazo.
Cuandomequieras, la coisa, por lo menos en mi ciudad, se está poniendo chunga chunga, cada vez hay más gente en el paro, yo mismamente me voy al paro en dos semanas, aunque espero estar poco tiempo si Dios quiere...
ResponderEliminarPues yo estoy con Justo, la crisis por supuesto no la han creado los del coche tunnig, pero si que ayudan a que se cree una sociedad inculta, intolerante, cateta, y sin vistas de futuro, que si todo va bien, se pone las medallas, pero si la cosa va mal, le echa la culpa a los demás.
ResponderEliminarPor supuesto que hay crisis, y la solución no la tenemos ninguno de nosotros, ni creo que la tenga ningún político en su mano.
Desgraciadamente el problema esta en la especulación con los recursos del planeta, y si no ponemos freno TODOS, ninguno de nosotros tendremos ningún futuro, ni estudiando ni sin estudiar.
Coltan...