sábado, 7 de septiembre de 2013

Lluvia, charcos, poemas y Duke Ellington.

     ...La primera, y posiblemente última, tormenta de verano, duró un café con leche, corto de café, en la terraza de casa. Las cuatro nubes descargaron fuerte durante cinco minutos y después dejaron paso a una llovizna, pertinaz, que daba gusto verla.
    Micho I de Gato y yo hablábamos sobre la literatura de Carver, de Monzó y de Poe. Micho recitó algún poema, melancólico, reflexivo. La gente correteaba por la avenida, allá abajo, un poco sorprendida por la lluvia. 
     Durante mucho tiempo callamos, viendo los charcos en el Patio-Lavadero, y ninguno nos dijimos lo que pensábamos. 
    Finalmente, Micho maulló, y yo puse, bajito, a Duke Ellington...