domingo, 7 de octubre de 2012

La Llegada a La Cólquida.


...El paso por el peaje fluvial de las Rocas Azules no representó un handicap gracias al pase especial de Fineo (veáse la entrada anterior). De hecho, tras nuestro paso por el, nos encontramos dentro de la inhóspita comarca de La Cólquida, de la que tanto habíamos oído hablar. El viento nos acompañaba, y los alegres percasoles saltaban ufanos junto a nuestra embarcación. Pronto llegamos a un embarcadero, rodeado de eucaliptos, donde nos esperaba un funcionario de la Junta o Gobierno de Extremadura, de personal laboral, concretamente un tipo lamado Eetes, que nos preguntó a que se debía nuestra visita por aquellos parajes casi deshabitados.
  Jasón, nuestro orgulloso capitán, le explicó nuestra intención de hacernos con el mítico "Guarrino de Oro", que sabíamos que se ubicaba en algún lugar de la zona. Ante la emoción, no pude evitar consumir un Omeprazol 5oogr,seguido de Varidasa de un gramo, Enantyum de 25mg a granel, un par de capsulas de Orfidal y un Termagil de 450gr, acompañado de un chorro de Licor de Bellota.
  Eetes nos dijo que para llevarnos el mítico "Guarrino de Oro" con nosotros, debíamos rellenar un Modelo 50, pagar unas tasas en la Caja de Ahorros de La Cólquida (número de cuenta x2023...), uncir dos toros monstruosos que se habían vuelto locos por que solo veían la Televisión Pública y que a la par custodiaban el Guarrino, arar un campo con ellos junto a una cuadrilla de jornaleros marroquíes o rumanos (a elegir) durante ocho horas, arrojar sobre  los surcos arados unos dientes que mi divina diosa Atenea, la de peplo jónico, enemiga del Paracetamol y nacida de la cabeza de su padre, había regalado unos días antes a Eetes (unos dientes de un político nacionalista que mi deidad le había arrebatado de un puñetazo por negar su divina presencia y tacharla de pagana...), y luego vencer a la Víbora Hocicuda que nunca duerme y que custodia, al pie de una encina, el deseado Guarrino...
  Jasón se volvió entonces a los Bellotonautas para consultarnos las nuevas que nos ofrecía Eetes, y Micho maulló a todo pulmón (coincidiendo todos con él) que pasaríamos las pruebas, ya que en comparación con unas Oposiciones de Secundaria, de Policia, de barrendero Municipal o con el MIR de los médicos, estas pruebas eran bien fáciles de realizar y de conseguir para la mayor de nuestras glorias...  
Y con el mayor de los ánimos, vitoreamos a Jasón y al gato-frac por sus palabras...(Continuará...).