miércoles, 29 de agosto de 2012

Las Harpías, Funcionarias de Carrera.


… Después de varias jornadas de viaje, por la que pasamos por varias comarcas, la mayoría desconocidas para nosotros, de la provincia de Badayork, llegamos a un lugar llamado Salmideso del Guadiana, donde hicimos una nueva parada de avituallamiento y para reparar nuestro motor Dos Caballos que parecía necesitar un engrase y un par de mimos…
  El “Belloto I” ondeaba orgulloso sus velas en la orilla, y cada uno iba a sus quehaceres de proa a popa. Los lugareños, curiosos, se acercaban y nos preguntaban por nuestro viaje… A la Serrana de La Vera le llegaron a preguntar si estábamos allí para asaltar algún supermercado o algo parecido…
 Mientras Micho I de Gato se agenciaba la prensa económica nacional en un rudimentario kiosko (mejor hubiera sido que comprara algún cómic de terror…), reparamos en la presencia cercana de un pobre ciego, un señor ya mayor, canoso y con media melena sobre los hombros, con unos cupones de la ONCE (Organización Nacional de Cíclopes Españoles) colgados en la solapa de su chaleco… El hombre en cuestión, intentaba comerse una tostada de tomate y jamón acompañada de un café con leche en una terracita de un bar, todo un festín. Pero unas diabólicas Harpías, “funcionarias de carrera” de la Junta (ahora Gobierno) de Extremadura (ya sabéis, las habréis soportado alguna vez en la hora de la siesta: Vuelan con sus alas de águila, tienen rostro de mujer y garras…Lo normal), le impedían que se alimentase…
Una le atosigaba con una encuesta muy importante sobre la Sanidad Nacional, otra le quería vender unas gafas de sol y una tercera le pedía matrimonio… Auténticas Harpías… Todo esto mientras lo zarandeaban y le tiraban de los cabellos y de los cupones, sustento diario de aquel pobre hambriento…
Ante tanta crueldad e injusticia, los bellotonautas decidimos actuar sin demora. La Serrana de la Vera atizó una certera pedrada a una de ellas que la mandó a los barrios dominados por Morfeo por la vía rápida. Heracles agarró a una segunda por las pezuñas afiladas y la lanzó hasta el otro extremo de Salmideso del Guadiana, ante la admiración de todos los presentes, y nuestro líder Jasón, se encargó de la tercera a la que puso pies en polvorosa. Solo tuvo que gritarle que la Junta acababa de anular la paga extra del Solsticio de Verano, la de las Panateneas y bajado un 15% el sueldo a todos los Funcionarios de Carrera, para que esta se largara en milésimas de segundo del lugar en busca de una conexión a internet… Nuestros compañeros Calais y Zetes preguntaron si las perseguían, pero no lo vimos necesario…(To be Continued, que lo sepias…).

sábado, 4 de agosto de 2012

La Hipsí.


… Nada más llegar a la isla, la alcaldesa de tan peculiar comunidad, conocida por las lugareñas como “La Hipsí”, hija de un tal Toante, se enamoró perdidamente de nuestro capitán, el galante Jasón, alias “Sandalia Solitaria”. Fue un auténtico flechazo.

“La Hipsí”, resultó ser una “choni” de mucho cuidado, rubia de bote y con un perpetuo chándal rosa y negro como indumentaria, rematado con una enorme cadena de oro con una estrafalaria H de broche, que coleccionaba sellos en una amarillenta cartilla del Paro. Su frase favorita era “¿Me entiendes?”, y su filosofía de la vida (huidiza de la ducha diaria, “Fetidez” podría haber sido su apellido), que compartía con sus compañeras de isla del inhóspito Guadiana rayaba con el intelecto de Micho I de Gato, y hasta con el estilo de vida de La Serrana de la Vera, que parecía una chica refinada al lado de aquella prole…

  El motivo de la soledad de aquellas mujeres había sido que, tras insultar gravemente a la diosa Afrodita en un programa de Tele 5, (algo sobre unos cuernos, y unos líos y…), la susodicha las había castigado con una maldición a las asistentas al programa con una ola de mal olor corporal, aunque previamente mandó una amenaza al programa, concretamente con un sms (1.20 leuros coste de la llamada, Impuestos Indirectos No Incluidos), poniendo la palabra MALDICIÓN y el resto del mensaje al 5555. Esto había hecho que todos los “Johnnys”, se largaran de la isla con la excusa de ir a raparse el pelo, comprase unas gafas de sol de escarabajo, unos calzoncillos miesel o una nueva gorra, y no volvieran por allí…

 Así pues, las habitantes de la isla de Lemnos, estaban ávidas de amor, “La Hipsi” le pedía a Jasón que no nos largáramos del lugar sin haberles hecho al menos un par de Brian, o Cristian o Priscillas… A todas ellas… Pero el reiterado olor corporal de las féminas, los maullidos de desesperación de Micho, y la insistencia de los marineros portugueses del submarino diesel P-89 por ser ellos los elegidos, nos hizo poner pronto los pies en polvorosa de allí, aunque previamente compramos un imán para la nevera… (Continuará)…