sábado, 23 de junio de 2012

El embarque de Micho.


La nave, un velero orgullosamente amarrado en el embarcadero de Badayork, estaba construida con la madera de los mejores eucaliptos de las riberas del Guadiana, ¡¡Bendito Plan Badajoz, que buena idea tuvieron al traer de la lejana Australia a la Hidra de todos los árboles!!. Con una eslora de 24 metros de largo y 5 metros de manga, se presentaba como el mejor Pentecóntero fabricado en Atarazanas extremeñas, con cincuenta remos adicionales que la convierten en una galera en caso de que fallara el viento (¡¡Amado Céfiro no lo quisiese!!, habría que sacrificar un McDonald´s para satisfacerlo y tenerlo contento…) o su motor de 2 caballos extraído de un Citroën Dyane 6 (tecnología punta gabacha a nuestro servicio).

Su constructor, un tal Argos, vecino de Calamonte, había diseñado y planificado el barco que nos iba a dirigir a Jasón, a Micho y a mí, y al resto de los Bellotonautas en la búsqueda del mítico Guarrino de Oro por las aguas del vetusto Guadiana.

 Su nombre era “Belloto I” (se desechó a última hora llamarlo “Dame Argo” en honor a su constructor), y había sido ya bautizado en un acto presidido por el Bellotokari en el cual, como es tradicional, se hizo estrellar contra el caso del buque una botella de Licor de Bellota que casi hace escorar el navío… Micho estaba emocionado. El gato frac disfrutaba con el ambiente marinero que se respiraba en cubierta, pero yo vomitaba por el mareo y el penetrante olor a vertidos químicos tan característico del Guadiana que estaban logrando que el nenúfar mexicano, ya autóctono por derecho propio, mutara cada dos semanas en un intelectual de los años setenta o en un cuerpo entero de bomberos...

Las gentes de Badayork, curiosas, se agolpaban en las inmediaciones del embarcadero para contemplar tan majestuosa obra maestra de la carpintería industrial, y a los aguerridos aventureros que, en honor al barco, habíamos optado por llamarnos los Bellotonautas.

 Jasón enarboló la bandera de Extremadura en lo más alto del mástil mientras abajo un coro de niños del colegio Nuestra Señora de Atenea de los Mil Pechos cantaba el Himno, atribuido a Homero, de nuestra ancestral región periférica y de difícil economía y peor desempeño.
 ¡Por Atenea Micho, en qué mala hora me convenciste de embarcar!, grité tras llenar la orilla del Guadiana con los krispies de la mañana. Tras un Omeprazol, un Paracetamol y un sorbito de Motilium de 1 gramo, me recompuse lo suficiente para saludar a algunos de nuestros compañeros de aventuras, entre los que localicé a nuestro antiguo monitor de gimnasio, Heracles, que llevaba ya 12 trabajos a sus espaldas y ninguno le había durado mucho, se quejaba el pobre hombre, ¡¡Maldita Prima de Riesgo y maldita sean todas las burbujas inmobiliarias, que Atenea las confunda!!… Micho intentó consolarle diciendo que al menos tendría algo cotizado para la jubilación, y Heracles preguntó que significaba “cotizar” mientras yo silbaba “Lili Marlene” para despistar un poco… 

Igualmente, por las voces que daba la reconocí, nos acompañaba La Serrana de La Vera, mujer lozana y de baja alcurnia que había trabajado de espectadora en algunos Realities televisivos y que se sabía muchos chistes sobre calzoncillos y magdalenas ¿¿??. A ella se atribuía haber talado a pedradas los eucaliptos que construían nuestra envidiada embarcación… (Continuará).

domingo, 10 de junio de 2012

Micho, Jasón y los Bellotonautas.


… Buda, sedente, meditaba entre las macetas del Patio-Lavadero mientras un incienso se quemaba a sus pies. Micho I de Gato, un poco melancólico, había dejado el Jazz por una mañana y escuchaba, absorto, un cd de José Luis Perales mientras leía el rescate financiero-económico aspanyol en los diarios matutinos que yo le había traído junto a los churros domingueros, en sus ojos de sierpe las letras se perdían y su cerebro gatuno engullía, con avidez, toda la información que procesaba a la velocidad del rayo del olímpico Zeus…

… De repente, lanzó un maullido de sorpresa y con un ronroneo me acercó la noticia local que le había llamado la atención: “Joven de La Albuera buscará el mítico Guarrino de Oro:  Jasón Martínez de la Fe, de 20 años de edad y natural de La Albuera, se presentó ayer en la Plaza de Aspanya de Badayork, junto al Templo Dórico Octástilo de Nuestra Señora de la Hera, con la sorprendente nueva de intentar buscar el mítico Guarrino de Oro, que según los dichos de las viejas del lugar, debe encontrarse pastando bellotas debajo de alguna encina sita en algún lugar indeterminado de Las Vegas Bajas del Guadiana acompañado, posiblemente, de algún dragón o en el mejor de los casos, algún toro flamígero o alguna serpiente que no duerma nunca, lo normal en estos casos…

…El joven, que se presentó con bermudas, un viejo Nokia y una sola chancla en el pie derecho (la del izquierdo la ha perdido al parecer al cruzar el Guadiana, a cambio de una docena y media de sanguijuelas y varias picaduras de pulgas, garrapatas y carbuncos…), ha declarado que el objetivo de su misión es “cerrar la bocaza” a su tío Pelias, ganadero de profesión, con el que no mantiene muy buena relaciones, y que para ello, reclama el interés de todo voluntario que quiera unirse a su aventura. Con la ayuda de este grupo, que el joven Jasón ya ha bautizado con el nombre de Los Bellotonautas, piensa remontar en curso del Guadiana en busca del deseado Guarrino de Oro…”.

-¿Qué te parece Duncan, nos apuntamos a la aventura?. Siseó Micho con un halo de misterio en sus ojos amarillos mientras se atusaba, elegante sus bigotes.
- Déjame que lo consulte con la absenta. Le contesté, pausadamente, mientras imaginaba los pros (gloria, salir en el “Sálvame” y en posible ingreso en la casa de “Gran Marrano”, digo “Gran Hermano”…), y los contra (coger una infección del copón en el Guadiana, ser hundido por un submarino portugués de incognito a la altura de Montijo…)…