miércoles, 29 de diciembre de 2010

Calisto, la Osa del Guadiana.


La mañana se presentó fría. Un gran manto blanco, de miles de jirones entrelazados, cubría más de la mitad de la cateta y provinciana Badayork, y desde la ventana, Micho I de Gato y yo intuíamos a lo lejos los eucaliptos que bordean el Guadiana. El plan fue sencillo: Quedarnos toda la mañana en casa, sentados en el brasero, leyendo (Micho I de Gato se está leyendo “Roma y los bárbaros” de Terry Jones, y un servidor, Duncan de Gross, nacido bajo el Signo de Orión, me estoy leyendo “Fuego Persa” de Tom Holland) y viendo viejos documentales sobre la “Guerra del Pacífico”…

Sin embargo, la tarde levantó aquella otrora pertinaz niebla, y el sol, aunque débil, reclamaba parte de su reinado en lo que restaba de día.

Ante mi propuesta de dar un paseo vespertino por la fétida orilla del Guadiana, antaño hogar de ninfas y otras deidades menores (que hoy son urbanitas y trabajan en grandes centros comerciales…), Micho I de Gato maulló afirmativamente, y tras un par de chupitos de absenta de la buena, nos pusimos en camino. Me costó meterlo en el bolso de mano que utilizo en nuestras salidas, ya que mi felino amigo pesa casi los 7 kilitos…

Pronto llegamos a la orilla del Guadiana, donde Micho insistió en seguir, por su propio pie, nuestro recorrido entre bolsas de plástico, suciedad y la vegetación ausente gracias a la sequedad, tórrida, que producen los eucaliptos del Plan Badayork, más propicios para climas australianos que para la inhóspita Etremaura…

Nuestra sorpresa, mayúscula, fue cuando nos topamos de frente con un enorme oso que bebía, plácidamente, de las oscuras y contaminadas aguas del terco Guadiana, arriesgándose a morir envenenada a fin de apagar su sed. El enorme plantígrado, sorprendido igualmente ante nuestra presencia, se giró, y emitió un tremendo rugido que hizo que yo me quedará petrificado, como si me acabara de encontrar a Medusa un sábado noche de discoteca y con tres copas, y que Micho I de Gato, con sus casi 7 kilos de gato, trepara tres metros de eucalipto en un respiro… Sin embargo, el enorme oso pardo comenzó a correr aguas abajo, dirección Portugal (que está, para quien no lo sepia, a escasos kilómetros de Badayork).

- - ¡Tenías que ser tú, Duncan de Gross!, exclamó una femenina e irritada voz tras de mí.

La persona que había gritado, no era ni más ni menos que mi compañera del Club de Tiro con Arco, la bella Diana, que iba armada con su Long Bow y una ristra de flechas de carbono, marca Easton, en el carcaj.

- - ¡¿Tú has visto ese pedazo de oso?!, le dije aún temblando de miedo. ¡¿Hay osos en Etremaura?!.

- - No es un oso, tonto. Es una osa, y se llama Calisto, y me la has espantado… Me recriminó la arquera con desdén mientras Micho, entre maullidos de pavor, pedía ayuda para bajar.

Y Diana, aunque enfadada, me contó su intención de cazar a aquella osa, por algo que no entendí muy bien, a pesar de que estaba terminantemente prohibido por la Junta de Etremaura, cazar osos sin permiso ni motivo aparente…

martes, 21 de diciembre de 2010

Gato Espia

...Los extraños sucesos, aunque para nosotros cotidianos, que ocurren el Patio-Lavadero, hacen que - a veces - otros felinos se asomen a investigar las apariciones de dioses mitológicos, los discursos anarco-capitalistas de Micho I de Gato y su Escuela Austriaca o mis borracheras de absenta, entre otras coisas... Aquí tenéis una prueba de ello...


viernes, 17 de diciembre de 2010

Villancico y aguinaldo gatuno...

... Ya es lo que me faltaba. Anoche, andaba combatiendo a base de absenta el hueco que me ha dejado la difunta muela del juicio (me la quitaron por la mañana y ahora tengo una sucursal de las Fosas Marianas en la boca), cuando tocaron al timbre de la puerta. Nuestra sorpresa, tanto la de Micho (que estaba viendo un documental de la I Guerra Mundial)como la mía, fue mayúscula. Unos pequeños gatitos cantaban villancicos y pedían el aguinaldo. Nosotros pasamos de las Navidades (no las celebramos), pero los pequeños se llevaron un dinerito por el esfuerzo, y un tazón de leche invitados por Micho...

martes, 14 de diciembre de 2010

Medios de Transporte Gatunos

... Los Gatos nos llevan años-luz en cuanto a medio de transportes cómodos y limpios se refiere, ¿Para qué ir en coche si puedes ir en Tortuga?.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Calipso, la cajera y la espada de madera.



Estaba comprando esta mañana el pan en el supermercado, tras una semana encerrado en casa hastiado ante tanta lluvia, cuando oí a una joven suspirar tras de mí. Al volverme, pude comprobar que se trataba de una hermosa mujer, con unos enormes ojos grises que denotaban una tristeza profunda. Su piel parecía tersa, suave, casi como la de mi diosa Atenea, (si me oyera comparándola con otra fémina me fulminaría ipso facto) y en verdad en un primer momento pensé que era una deidad olímpica comprando yogures… Y su pelo, de un castaño claro, ondulado, se lo recogía en un moño sujetado con un largo alfiler de madera de ébano.

Como solo llevaba unos yogures de fresa y yo no tenía prisa, le cedí amablemente mi puesto en la cola, a lo cual accedió la bella dama dedicándome una melancólica sonrisa. Tras cobrarle, la misteriosa y triste mujer salió del comercio, mezclándose con la marabunta de personas que pululaban por la Avenida y perdiéndose en aquel caos de compras pre-navideñas.


“¿Quién es esa chica?”, le pregunté sin miramientos a la cajera, una chica joven archimaquillada, rubia de bote, uñas pintadas multicolores y chicle eterno en la boca, cuyos modelos a imitar en la vida son Paris Hilton, Lady Gaga y Rihana por ese orden. “¿Esa que se acaba de ir?”, preguntó socarrona dedicándome un medio guiño picaresco. “Esa es Calipso”, contestó. “Siempre anda suspirando por un amor perdido, un tal Ulises, monitor de Tiro con Arco, que al parecer la tiene loquita perdida y no le hace ni caso…”, remató dándome el cambio de mi media barra de pan.


Maravillado por el amor de Calipso, sin duda un amor verdadero, salí a la Avenida con la intención de otear, una vez más, a aquella fascinante mujer que suspiraba por un amor no correspondido (y nada más ni nada menos que el de mi monitor de Tiro con Arco). Pero, no la encontré. Aproveché para comprar un par de sacos de arena para Micho I de Gato, papel higiénico y dos bombillas de bajo consumo en el Chino de la Avenida (Dios los bendiga) y, al volver a casa, Amparo, la Esfinge del Rellano, me preguntó enigmática cual era el único animal doméstico que no se nombra en la Biblia. “El Gato”, le contesté, y me dejó pasar al ascensor…


Hace unos instantes, tras mi tercer chupito de absenta, le he contado a Micho I de Gato la historia de amor de Calipso, pero él, poco interesado en romanticismos, me ha cortado preguntándome que es lo que quiero para regalo de Reyes, y yo, tras mucho pensarlo, le he contestado: Una espada de madera.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Esto es Extremadura...

Pinchad en el enlace...Una prueba más que cuando digo que en esta tierra aún hay mucho salvaje, cateto e ignorante, me quedo corto... Cómo extremeño, noticias como esta me dan pena, lástima, y sobre todo, mucha tristeza... P.D: Ojalá los medios de comunicación nacionales se hagan eco de esta noticia, para que más de uno se ponga colorado, que es lo que hace falta...

http://www.hoy.es/20101201/local/merida/gatos-templo-diana-emparedados-201012011732.html