Hoy, estaba tan tranquilamente leyendo en el Salón un número atrasado de la Revista “Historia y Vida”, cuando han llamado a la puerta. Michel IV de Gato dormía placidamente en el Sofá, cerquita de la recién instalada camilla. Él, por supuesto, ni se ha inmutado ante la llamada, para eso ya estoy yo, para abrir la puerta.
Al abrir la puerta, me he encontrado de frente con un rubiales, sonriente, con camisa blanca de manga larga (procedencia desconocida), corbata azul oscuro (posiblemente de Esfera, si es así, 11,95 Euros), y pantalones y zapatos negros a juego. Portaba en su mano derecha un enorme maletón gris (de Bag´s, 70,00 euracos), aunque no tan grande como el de nuestro amigo Sísifo....
- “Buenos Días”, me ha saludado en castellano (idioma aborrecible para Michel IV), con cierto acento anglosajón, sin modificar un ápice su pétrea sonrisa.
- “Buenos Días”, he contestado curioso.
- “Simpática Esfinge tienen ustedes en el Rellano…Me llamo…Me llamo Jim Stevens…”, me ha dicho, soltando su enorme maletón, y ofreciéndome su mano derecha, magullada y rojiza por aguantar el peso de aquella enorme maleta. “Soy el nuevo embajador de Utah en el Patio-Lavadero”, ha continuado sonriendo…
- “Mmmm, ya veo, lo veía venir…”, he contestado, sin sorprenderme, porque la verdad sea dicha, desde que Michel IV de Gato abrió la boca por primera vez, ya nada me sorprende…
- “Me manda el gobernador de Utah, Señor Huntsman, para hacerme cargo de la embajada de nuestro estado en el Patio-Lavadero, he aquí mis credenciales… ¿Es usted Michel IV de Gato?”.
- “No, Michel IV de Gato se encuentra durmiendo la real siesta en el Sofá del Salón”.
- “Aham, no quisiera molestar…”, su sonrisa ha desaparecido en este instante, el pobre Jim ha pensado que no llegaba en el mejor momento…
- “Nooo, tranquilo hombre, no se preocupe usted, las siestas de Michel suelen durar unas doce horas…”.
- “¡¿Doce horas?!”.
- “Si claro, claro, pase usted, por Dios, no se quede en la puerta, habrá hecho desde Utah un viaje de por lo menos quince o veinte horas…”.
Y tras eso, le he enseñado al Señor Embajador el Patio-Lavadero de 20m2 donde se supone que debe instalarse: La gatera, el naranjo de las libertades gatunas, el Arenero Real… El Señor Embajador no cabía en si de su asombro, al comprobar, que se tenía que quedar a vivir en el Patio-Lavadero de una casa particular, conviviendo con un gato nacionalista-independentista.
Yo le he recomendado al yanqui que se instalara una tienda de campaña, junto al Arenero Real, pero al cabo de diez minutos se ha disculpado, nervioso, sudoroso, y asiendo con fuerza su enorme maletón me ha pedido que por favor lo acompañara a la puerta de casa, “Ha debido ser un error”, se ha disculpado, y se ha marchado mascullando coisas malas y raras “In English”.
Al cerrar la puerta, Michel ha abierto un ojo, y ha ronroneado: “¿Quién era?, ¿Tomás Polichiollo?”, y le he dicho que si, que era Tomás Polichiollo, que ahora es eventual vendedor del Circulo de Lectores, y que se volviera a dormir…
P.D: Supongo que aún me tocara recibir al Embajador de Venezuela, Cuba y Bolivia…
Al abrir la puerta, me he encontrado de frente con un rubiales, sonriente, con camisa blanca de manga larga (procedencia desconocida), corbata azul oscuro (posiblemente de Esfera, si es así, 11,95 Euros), y pantalones y zapatos negros a juego. Portaba en su mano derecha un enorme maletón gris (de Bag´s, 70,00 euracos), aunque no tan grande como el de nuestro amigo Sísifo....
- “Buenos Días”, me ha saludado en castellano (idioma aborrecible para Michel IV), con cierto acento anglosajón, sin modificar un ápice su pétrea sonrisa.
- “Buenos Días”, he contestado curioso.
- “Simpática Esfinge tienen ustedes en el Rellano…Me llamo…Me llamo Jim Stevens…”, me ha dicho, soltando su enorme maletón, y ofreciéndome su mano derecha, magullada y rojiza por aguantar el peso de aquella enorme maleta. “Soy el nuevo embajador de Utah en el Patio-Lavadero”, ha continuado sonriendo…
- “Mmmm, ya veo, lo veía venir…”, he contestado, sin sorprenderme, porque la verdad sea dicha, desde que Michel IV de Gato abrió la boca por primera vez, ya nada me sorprende…
- “Me manda el gobernador de Utah, Señor Huntsman, para hacerme cargo de la embajada de nuestro estado en el Patio-Lavadero, he aquí mis credenciales… ¿Es usted Michel IV de Gato?”.
- “No, Michel IV de Gato se encuentra durmiendo la real siesta en el Sofá del Salón”.
- “Aham, no quisiera molestar…”, su sonrisa ha desaparecido en este instante, el pobre Jim ha pensado que no llegaba en el mejor momento…
- “Nooo, tranquilo hombre, no se preocupe usted, las siestas de Michel suelen durar unas doce horas…”.
- “¡¿Doce horas?!”.
- “Si claro, claro, pase usted, por Dios, no se quede en la puerta, habrá hecho desde Utah un viaje de por lo menos quince o veinte horas…”.
Y tras eso, le he enseñado al Señor Embajador el Patio-Lavadero de 20m2 donde se supone que debe instalarse: La gatera, el naranjo de las libertades gatunas, el Arenero Real… El Señor Embajador no cabía en si de su asombro, al comprobar, que se tenía que quedar a vivir en el Patio-Lavadero de una casa particular, conviviendo con un gato nacionalista-independentista.
Yo le he recomendado al yanqui que se instalara una tienda de campaña, junto al Arenero Real, pero al cabo de diez minutos se ha disculpado, nervioso, sudoroso, y asiendo con fuerza su enorme maletón me ha pedido que por favor lo acompañara a la puerta de casa, “Ha debido ser un error”, se ha disculpado, y se ha marchado mascullando coisas malas y raras “In English”.
Al cerrar la puerta, Michel ha abierto un ojo, y ha ronroneado: “¿Quién era?, ¿Tomás Polichiollo?”, y le he dicho que si, que era Tomás Polichiollo, que ahora es eventual vendedor del Circulo de Lectores, y que se volviera a dormir…
P.D: Supongo que aún me tocara recibir al Embajador de Venezuela, Cuba y Bolivia…